No existe cuenca más regulada ni río más exigido que el Segura: domesticado, encauzado, rectificado y aprovechado hasta la saciedad. El Segura es uno de los dos grandes ríos del sur. Con el otro, el Guadalquivir, menos estresado y acostumbrado a vivir en la abundancia, comparte las primeras nieves, aguas y escorrentías. Ambos nacen en el mágico entorno de Segura y Cazorla. El destino de ambos está sellado por la orografía y los puntos cardinales a donde miran las montañas que los paren, que son las mismas, pero no lo son. Y me explico.
Mientras el Guadalquivir drena la Sierra que mira a poniente, donde rompen las borrascas atlánticas y el sempiterno flujo del oeste, el Segura busca siempre el Mediterráneo y tiene que conformarse con las breves borrascas de Levante que, enroscadas en el Golfo de Cádiz, le aportan la breve humedad de los mares de Palos y Argelia. Mientras la cuenca del Guadalquivir recoge las nieves eternas de Sierra Nevada y las mejores fuentes del sur de la Sierra vía Guadiana Menor en un requiebro caprichoso bajo las crestas del Pozo, el Segura se apaña con las aportaciones nada desdeñables del río Mundo y los cauces efímeros de ramblas y sus tímidos afluentes.
Pese a su extremo aprovechamiento y regulación, en el Segura se conservan tramos de excelente valor ambiental conformando paisajes excepcionales que bien merecen ser visitados. Uno de ellos es su curso alto y, concretamente, desde su nacimiento hasta el primer embalse de la cuenca en Anchuricas. El cañón que desciende desde Pontones hasta la Huelga Utrera en las juntas con el Madera es un lugar emblemático de las montañas del sur.
En esta imagen se puede apreciar el cañón y sus continuos cambios de dirección. Si bien el río no se distingue, sí que podemos detectar su curso gracias a las choperas, un árbol incandescente en esta época del año que revela los asentamientos humanos y los cursos de agua. En definitiva, un árbol que le otorga calidez a una montaña en ocasiones dura, áspera y aislada.
Esta imagen está tomada desde la Cuerda del Mosco, cerca de la cumbre de Poyo Alto en un día de noviembre. En realidad el río no presenta tanta pendiente, pero al tomarla de frente y utilizando el zoom se consigue un efecto óptico que aplasta los objetos situados en la lejanía con los que están más próximos. Os recomiendo encarecidamente la visita de esta zona de la Sierra en esta época del año. Si existe el paraíso en la Tierra, no creo que ande muy lejos de aquí.

José Antonio Pastor González
Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.
Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.
Preciosa y muy interesante reseña, sobre el nacimiento de «nuestro» exprimido río, que al paso por tu pueblo, ya no digamos Calasparra, fluye todavía acaudalado, exuberante, fértil y mira como en tan poca distancia de intervalo, llega de canijo, de agotado a la ciudad de Murcia. Bonita la foto con que ilustras tu narración y te digo que de haber tenido conocimiento antes del sábado (8-10-16) de tu artículo, y puesto que hicimos una ruta por La Toba y Puntal de las Buitreras, hubiera procurado acercarme y situarme en Poyo Alto, debajo creo que de Piedra Dionisia, para tener tan magnífica panorámica «en vivo» como la que ilustra tu estupenda fotografía. Qué tremendos horizontes se divisan por aquí…pa mí que vas a tener razón…»Si existe el paraíso en la Tierra, no creo que ande muy lejos de por aquí…»
La Toba y las Buitreras… mmm… qué buen par de sitios para gozar del otoño!!!
Igual fuiste con Carlos Alcázar de Calasparra. Es que vi unas fotos en el FACE. Está todo bastante seco, aunque las lluvias de esta semana le han debido sentar de maravilla.
Poyo Alto no está tan cerca de Piedra Dionisia. Requiere un día completo para subir a la cumbre. Es una montaña muy apartada de todo. Luego te paso la ascensión.
Un abrazo.