valle de Tena, pirineo de Huesca
julio de 2013
7 h
16 km
970 m
inestable, fresco
ruta siempre por sendas muy marcadas y fácil orientación; especial atención en el descenso de los ibones de Arriel por la fuerte pendiente y la presencia de neveros en verano
pincha aquí para ver el croquis
track aquí disponible
No por muchas veces repetida está ascensión a Respomuso desmerece. Al contrario. Tanto si vas en plan tranquilo a comerte el bocadillo en las orillas del ibón como si te lo montas en plan más cañero para hincarle el diente al Balaitous o los Infiernos, esta actividad tiene un encanto por sí misma que nunca te deja indiferente.
En el verano de 2013 no hizo mucho calor. Las montañas estaban muy cargadas de nieve y la temporada se alargó hasta finales de junio en las caras norte de todos los macizos. Con la excusa de ver un concierto de Manel en el festival Pirineos Sur, montamos un viaje relámpago al valle de Tena en la primera quincena de Julio. Nuestra idea inicial consistía en atravesar por el cuello de Tebarray desde Respomuso hacia Panticosa en dos jornadas, otra travesía mítica muy repetida. Sin embargo, circunstancias como el tiempo inestable y la gran cantidad de nieve que todavía acumulaban los puertos decantaron la balanza hacia una actividad menos ambiciosa pero igual de atractiva: volveríamos de Respomuso al punto de partida pasando por Arriel en el mismo día.
Dejamos el coche en el embalse de la Sarra y caminamos por el GR11. La luz del amanecer ya se cuela por los Musales y nos internamos en el bosque de hayas donde disfrutamos del sonido del agua. Estamos solos en la montaña, algo raro en un itinerario tan frecuentado como éste. Nos encontramos con los restos de varios aludes y enseguida, cuando el valle gira a levante, nos encontramos con el muro negro de la enorme presa de Respomuso. A media mañana alcanzamos la orilla del ibón y nos zampamos los bocatas contemplando una ristra de pepinos a cual de ellos más atractivo: Gran Facha, Llena Cantal, Tebarray y Pequeña Facha. Además, por encima de nuestras cabezas tenemos los primeros tres miles del Pirineo por este lado occidental — Balaitús y Frondellas — pero desde la misma base no podemos apreciarlos.
El cielo evoluciona al gris opaco mientras nosotros remontamos la senda hacia los ibones de Arriel. Mirando hacia el sur entrevemos la pirámide del Anayet acosada por las tormentas. Justo antes de llegar al ibón bajo encontramos un nevero delicado: la nieve más superficial está húmeda y unos centímetros más abajo encontramos hielo. Lo pasamos canteando con las botas rígidas y, tras contemplar el ibón de Arriel bajo y la preciosa orla de picos que lo rodea, descendemos buscando el camino de regreso.
Lo que iba a ser un paseo tranquilo empieza a ponerse interesante. El viento trae algo de lluvia e incertidumbre. Además, a lo lejos, vemos claro que la senda atraviesa otro par de neveros en los que no hay huella. Bueno, bueno. En el primero de ellos además el agua discurre por debajo y sólo nos queda un exiguo puente de nieve para pasar. Mucho mal rollo porque no solo está la posibilidad de deslizar ladera abajo, sino también la de colarte y calarte hasta los huesos. El momento tenso se resuelve satisfactoriamente y logramos superar los dos obstáculos. Ahora nos resta un descenso muy empinado entre grandes bloques hasta entroncar con el camino principal de esta mañana.
Cuando llegamos al mismo damos saltos de felicidad. Nos está saliendo una jornada redonda. Caminamos entre helechos, varicas de San José y la sombra profunda de las hayas. Lourdes va delante de mí con la funda de la mochila plateada. Moss todavía más lejos, explorando aquí y allá todos los olores habidos y por haber. Yo camino rezagado, tranquilo, saboreando cada metro de esta senda, una de las primeras que recorrí a principios de los 90 cuando descubrí la magia de los Pirineos.
A día de hoy, dos años después de haber realizado esta actividad, me veo a mí mismo caminando entre las hayas y me gustaría decirle a ese tipo calvo y enjuto la suerte que le espera a la vuelta de la esquina. Él, por supuesto, todavía no lo sabe. (Resulta que tiene la cabeza completamente ocupada en una expedición que le llevará a los confines del mundo.) Sin embargo, me acercaría sigilosamente por detrás y le susurraría al oído: Oye Jose, lo más grande que te vas a traer de tu largo viaje no será una gran cumbre, sino el mejor regalo que la vida pueda darte. Seguramente, se detendría en seco y giraría sobre sus hombros. No entendería nada en absoluto porque para él la vida ya estaba siendo plena y magnífica. Le diría entonces, aunque unas horas más tarde, aprovechando la emoción del concierto, justo cuando bailaba abrazado a Lourdes una canción de despedida, lo siguiente: Lo mejor está por llegar.
fotos
en pirineos

José Antonio Pastor González
Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.
Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.
Hola Jose. Me ha gustdo mucho tu web. Y las explicaciones sobre cada ruta que das. Soy de Valencia, pero mi segundo hogar es Ordesa, de hecho es el lugar que he elegido para jubilarme ( aún me quedan 20 años o más.. jeje ). Mi pregunta es sobre esta ruta… Yo estoy acostumbrado a grandes caminatas, pero esta vez voy con una amiga y sus dos hijas, 8 y 11 años. Esta ruta se puede hacer con las niñas ? Muchas gracias de antemano. Saludos !! 🙂
Muy buenas Fidel.
Lo primero de todo es pedirte disculpas por haber tardado tanto en responder a tu mensaje. El verano es un tiempo que paso bastante desconectado de los ordenadores y justamente me llegó tu mensaje estando fuera de España. Luego el mes de Agosto sin conexión a internet es un clásico. Así que hasta ahora no me había puesto con la web.
Supongo que ya la habrás hecho este mismo verano la ruta. En realidad, si subes a Respomuso y desciendes por el mismo camino no hay problema alguno y si tus hijas están acostumbradas a caminar pueden conseguirlo.
Ahora bien, regresar por los ibones de Arriel es más complicado porque le añades distancia, desnivel y complejidad a la ruta. El descenso desde Arriel es bastante montañero y exige destreza, aunque no presenta peligros en verano.
Muchas gracias por lo que dices de la web. Me alegro de que te guste y te aporte cosas. Buen sitio has elegido para la jubilación. Tienes muy buen gusto 🙂
Un saludo y, de nuevo, disculpa por la tardanza.
Hola Lourdes! Estando en el blog que creaste «LocosporlaGeografía» allá en el año 2008 para nuestro curso me ha mandado hasta este blog. Hay unas fotos alucinantes, me gusta ver gente que comparte la misma aficción que yo por la montaña. Espero que vaya todo muy bien y sigas contagiando a muchos alumnos tu vocación por la Geografía.
Un saludo de tu exalumno Abel García. 🙂
Madre mía, acabo de leer este mensaje. Me alegro mucho de saber de ti y de que te guste la montaña. Espero que te vaya todo bien y gracias por acordarte de mí. Fui muy feliz en Yecla y me acuerdo mucho de vosotros.
Tal y como lo cuentas que cercano parece y a la vez, que lejos está de Murcia. Y que bonito ese último párrafo. Para enmarcar.
Lo dices muy bien: qué cercano parece y qué lejos está de nuestra casa este paraíso. Sin embargo, yo lo siento parte de mi propia casa después de muchas visitas. Gracias por lo que comentas del último párrafo. Un abrazo Paco y perdona la tardanza en responder.
Agradable relato para empezar el día.
Otra vez más parece que cuentas trocitos de nuestra historia familiar. No digo más pero para nosotros esa zona, desde el 81 que vivimos en Zaragoza ha sido nuestra ventana a la naturaleza. Panticosa, Tebarray, Infiernos, Respomuso, Gran Facha, Balaitus, Pallás, Arrieles, etc., cuánto lo hemos disfrutado. Ahora volamos un poco más bajos pero aquí seguimos.
Un abrazo y el deseo de seguiros viendo aun que solo sea de forma virtual
pepe
Muchas gracias Pepe por tu comentario. La verdad es que, viviendo en Zaragoza, esta zona os pilla muy cerca y es realmente una maravilla. Lo de ‘volar bajo’ es simplemente adaptación. Se hace lo que se puede 🙂
Me alegro de volver a verte por la web. Eres uno de los seguidores más veteranos y siempre da gusto comprobar que los de siempre seguís estando al otro lado. Un abrazo!!!