Vertiginosa ascensión a uno de los 2miles más controvertidos de Castril, la Loma Alta. Éste divide las cuencas de dos barrancos profundos, el Buitre al sur y el Charcón al norte. El itinerario sigue veredas muy perdidas de pastores que buscan los prados del barranco del Calarejo.

ficha

sierra de Castril, parque natural de Castril
marzo de 2014
7 h
14 km
1370 m
inestable, frío, viento, nuboso
recorrido por trazas perdidas y monte a través que requiere intuición y habilidad para elegir los mejores pasos
pincha aquí para ver el croquis
track aquí disponible

Con mala predicción meteorológica conduzco por la carretera de Huéscar hacia Castril. Llevo en mente atacar el barranco del Charcón siguiendo siempre pasos en los que no tenga que usar las manos porque llevo a Moss conmigo. Cuando aparco en la curva previa al camping del Cortijillo el cielo está cerrado y hace frío. Bueno. Vamos a empezar y a ver cómo termina la cosa.

Subo por el carril que remonta hasta el desagüe del barranco del Charcón donde hay un aprisco justo en la base de la grieta. A la derecha del aprisco está el cuele del Charcón, una lancha de roca inclinada por la que se trepa con cierta facilidad pero en la que es mejor no escurrirse. Justo cuando estamos llegando vemos al pastor que avanza a media ladera en dirección sur por un camino desconocido.

Como vamos así en plan aventura nos adentramos por la traza que lleva el hombre y le seguimos en la distancia. Evidentemente, el pastor me saca ventaja y pronto dejo de verle, aunque el camino está muy pisado por el ganado y se sigue más o menos bien. Éste se define a media ladera sin ganar ni perder altura y parece que busca la zona del cortijo de Lézar. En un momento dado, encuentro una bifurcación poco marcada. A la izquierda continua en leve descenso mientras que nosotros cogemos a la derecha remontando duramente hacia un portillo de roca. ¿Habrá venido por aquí el pastor?

En las zonas con hierba es muy sencillo seguir la vereda pues el trasiego de las cabras ha dejado un rastrillo. No ocurre así en las losas calizas que tanto abundan por estos pagos. Entonces tiro de imaginación y busco las manchas de barrillo que las pezuñas de los bichos van dejando en las zonas lisas. Así alcanzo el Collado Verde donde me sorprende la típica brecha por la que desagua el barranco del Calarejo. Enfrente de mí se adivina la característica Morra del Sabinar por donde estuve triscando hace más de un año. Hoy me toca explorar por esta vertiente.

El pastor mimetizado.

El único paso factible que veo consiste en tirar a media ladera hacia arriba. Pronto encuentro unas hormas de piedra que confirman el buen camino y, al trasponer un breve portillo manchado de enebros, me encuentro de bruces con el pastor y su perro. Está vigilando al ganado que ramonea disperso en el fondo de la vaguada donde abunda la hierba y me mira con sorpresa. No creo que esté muy acostumbrado a encontrarse gente por estos lares. Intercambiamos unas pocas palabras sobre la montaña, sobre el día que se cierra y sobre la primavera sin nieves. Nos despedimos y se sienta en un poyete vigilando mis pasos dubitativos. ¿Será por aquí?

Continúo remontando el barranco del Calarejo por su margen izquierda sin bajar al cauce, más que nada por no molestar al ganado. En un momento dado me doy la vuelta y le echo una foto al pastor al que pillo ensimismado. Contento con la foto continúo hasta unos tornajos donde recupero agua y gano finalmente el collado del Hornico.

Aquí se tienen unas vistas estupendas de toda la cuenca del barranco del Buitre y del pico homónimo. Tengo varias opciones. La más clara sería continuar por la traza que a media ladera busca el Picón de los Monteses y la cabecera del barranco. Sin embargo, me marco un todo tieso remontando en perpendicular las curvas de nivel para ganar la divisoria principal entre el Charcón y el Buitre. Cuando llego al filo de la misma el tiempo se cierra y se pone a nevar. Mal asunto.

A mi derecha (este) tengo un castellón de roca conocido como Morra Tocino. Sin embargo yo tiro para la izquierda donde voy buscando los mejores pasos hacia el oeste hasta que desemboco en un cresterío algo descompuesto que además presenta mucha exposición. Como hace mucho viento y están cayendo algunos copos duros prefiero asegurar perdiendo metros. Lo consigo perfilándome hacia la vertiente del Charcón (norte) y me cuelo por una pequeña brecha. Ahora ya veo claro el camino hasta la cumbre. Aún así, deberé buscar el mejor (y único) paso entre los empinados neveros que jalonan esta vertiente. No es la primera vez que en Castril debo evitar la nieve orientada al norte pues está dura y encima con mucha inclinación.

La controversia sobre los 2miles de la Cabrilla

Resulta siempre complicado en zonas de montaña prácticamente llanas determinar cuáles son las cumbres principales. Este problema se presenta en el Calar del Mundo, en los Campos de Hernán Perea y también en la sierra de la Cabrilla. Nosotros adoptamos en esta web el criterio de Carlos García Gallego cuando en el volumen 2 de Excursiones por el Sur de España habla de tres cumbres principales de 2000 metros, a saber:

Cabrilla Central o Cabrilla Alta de 2039 m,
Cerro de los Tornajos o Cabrilla Norte de 2033 m, y
Loma Alta de 2020 m

donde las altitudes están referidas al IGN. Se queda fuera de esta relación Incluimos también en esta relación el Alto de la Cabrilla porque es una cota más alta que las tres anteriores y, pese a estar muy próxima a la cumbre de las Empanadas, queda enlazada a ésta por un collado lo suficientemente definido que le otorga categoría de cumbre. (El siguiente mapa no está actualizado con el nuevo criterio: así pues Cabrilla Alta es cumbre de Castril según nuestra opinión.)


Nota: Los criterios para determinar si una cota es cumbre o no son variados. Esencialmente, dependen de la altitud absoluta, la prominencia sobre las montañas más próximas, si divide vertientes, si presenta varias caras, si su ascenso implica una actividad seria y también por supuesto se deben tener en cuenta criterios estéticos, históricos y subjetivos. (Algún día escribiremos una entrada sobre esta cuestión.)

Cuando llego a la cumbre el tiempo parece que está mejorando algo. Me parapeto detrás de unas rocas grandes y disfruto con Moss de los bocadillos, la fruta, el chocolate y el agua. Nos hacemos una foto con el automático y regresamos por la cresta. En lugar de descender por el mismo camino busco una bajada alternativa pasando por el norte de la Morra Tocino. Aunque hay mucha pendiente es factible flanquearla hasta que doblo un espolón pronunciado y gano vistas al barranco de los Ceniceros y el collado de las Alegas.

Aquí tengo varias posibilidades para elegir. Una sería tirarme por el interior del barranco de los Ceniceros pero hay una ley clara en esto de la exploración cuando te metes en una canal o barranco: siempre debes entrarle desde abajo para poder retirarte. Por este motivo la desecho.

Una segunda sería descender al collado de las Alegas que veo claramente ahí abajo, todo llano y con hierba fresca. El caso es que la ladera no se me presenta todo lo franca que querría y posiblemente deba buscar el paso entre alguna pared que otra. La dejo estar por ahora.

La tercera consiste en ir perfilándome hacia el sur para caer al barranco del Calarejo por el mejor sitio. Finalmente me decanto por ésta y disfruto de un descenso tranquilo, con algo de incertidumbre, pero con la seguridad que me da saber que este barranco sí lo tengo controlado. Con tanto pensamiento no me he dado cuenta de que el día ha mejorado una barbaridad. Ahora el sol de la tarde rebota en las paredes del Puntal de la Zurdica donde distingo la senda por la que nos colamos para subir a esa cumbre hace ahora unos meses.

En lugar de tirarme todo tieso al barranco, como desde arriba veo paredes y voy a tener que enredarme buscando el paso, prefiero buscar mi ruta de subida y entronco con la misma un poco por encima del collado del Hornico. A partir de aquí pongo el automático y deshago el camino andado muy rápido hasta el punto de que vuelvo a encontrarme con el pastor en su aprisco del barranco del Charcón. Le saludo desde el carril y él me contesta tranquilo. Si para mí este día ha sido excepcional, para él es una muesca más en la interminable sucesión de subidas y bajadas a la montaña. El mismo escenario para dos lecturas muy distintas.

fotos

en la sierra de castril


José Antonio Pastor González


Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.

Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.

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