Fiñana, sierra Nevada de Almería
marzo de 2018
7 h
7,5 km
800 m
estable, soleado
dificultad de conjunto AD con pendientes medias de 40 grados; al inicio puede formarse una cascada de hielo que, si no está en condiciones, se evita por un paño de 55 grados a la derecha; en la zona superior están las mayores dificultades con un resalte de 10 metros a 70 grados y pendientes medias de 45 grados hasta la divisoria
pincha aquí para ver el croquis en mapa y pincha aquí para ver el croquis sobre una foto (autor: FGdL)
track aquí disponible
[Fotografías de Félix Gómez de León, Antonio Sarabia y el autor]
Otra vez que nos vamos a la zona del Almirez. ¿De nuevo? Pues sí. Este año de especiales condiciones meteorológicas nos ha deparado un invierno generoso de agua y frío.
En las montañas de Almería hay nieve desde muy abajo. Mejor aún: ahora que la primavera se ha asentado, el manto nivoso ha transformado y se ha convertido en una tarima perfecta para ascender casi por cualquier sitio.
Aprovechando las vacaciones de Semana Santa el maestro Félix nos convoca con su clásico: tengo algo visto por allí. Vamos a ver qué tal está.
Y nosotros que no tenemos personalidad ninguna nos dejamos arrastrar. Llenamos las mochilas con toda la ferretería y nos plantamos en Fiñana a las 9 en punto.
No tenemos prisa: dan muy bueno y hay luz hasta las mil. Dejamos el coche al principio del carril del cortafuegos y avanzamos resueltos ganando metros hasta la línea de nieve que ronda los 1900 metros.
«Y nosotros que no tenemos personalidad ninguna nos dejamos arrastrar.»
Un poco antes de que desaparezcan los pinos nos perfilamos hacia la izquierda por el bosque buscando el barranco de Lubeire (o del Ubeire) que cruzamos en la cota 2000, exactamente donde se toma para hacer el corredor del Ubeire. En este punto nos ponemos los crampones para hacer un flanqueo en horizontal de unos 300 metros hasta ponernos en la base de nuestra vía que coincide también con el desagüe del Corredor Noreste. La Canal de las Sabinas comienza un poco más a la izquierda. En la base de la canal hay un resalte rocoso que encontramos tapizado de hielo. La cascada apenas tiene consistencia. Félix sopesa hacerla pero nosotros, los que no tenemos personalidad, ya nos hemos escaqueado por la derecha siguiendo una rampa de 50-55 grados que superamos tirando todo el rato de puntas. La cosa no está para escurrirse. Al rato Félix se reúne con nosotros un poco más arriba.
La lógica del recorrido consiste en ascender lo más pegados al contrafuerte de la izquierda y que define, al otro lado, el Corredor del Viento. Continuamos así por pendientes medias de 35-40 grados hasta alcanzar un muro rocoso. En la base de las paredes abundan las sabinas y su olor característico. A continuación hacemos un flanqueo en diagonal ascendente a derechas buscando la entrada de un evidente corredor que, en forma de ese, presenta la sección más exigente de esta vía. (Esta parte admite un escaqueo natural yéndote hacia la derecha buscando la salida del Corredor Noreste, pero entonces le quitas toda la gracia a la ascensión.)
«Aquí empieza a pegarnos el sol por lo que se intuye la divisoria. ¿La divisoria? Nada de eso.»
Aquí empieza a pegarnos el sol por lo que se intuye la divisoria. ¿La divisoria? Nada de eso. Es que estamos casi en Abril y el astro rey navega muy alto por el cielo. Aún queda mucho que pelear. En concreto, un paño de roca y hielo de unos diez metros y 70 grados de inclinación que superamos montando dos reuniones. Una vez ganado el resalte el terreno sigue siendo exigente con rampas de 45-50 grados hasta que superamos una cornisa que desemboca en una cota secundaria de la divisoria a 2432 metros.
Nos sentamos a comernos el bocadillo. Hace sol, nada de viento, cielo despejado. Las sensaciones son inmejorables. Nos ha salido una vía preciosa con su punto final de compromiso y una inclinación mantenida durante 400 metros de recorrido vertical. Mención especial para la nieve: es rarísimo encontrarla en tan buenas condiciones para las fechas en las que estamos. Una singularidad más de estas montañas almerienses que te permiten escalar en hielo por la mañana para descender luego a la costa y pegarte un baño cojonudo en el Mediterráneo.
fotos
en sierra nevada

José Antonio Pastor González
Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.
Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.
bravo!!!!!!
Que linea mas elegante os ha salido. A ver si el invierno que viene nos regala unas nieves como las de este y puedo tachar de la lista todos los deberes que tengo apuntados por esa zona gracias a vuestra creatividad..:)
Como siempre, gracias por compàrtir esas joyas de nuestra sierra
Andrés
Muy buenas Andrés.
Es que este invierno ha sido posiblemente el mejor de los que yo he vivido en esta zona. La pena es que muchos fines de semana ha hecho malo y no hemos podido aprovecharlo a tope. Aún así, el colega Félix se ha puesto las botas y ha agotado casi toda la chicha de lo que se podía hacer con interés por la zona.
Muchas gracias como siempre por visitar y por participar. Este recorrido en concreto lo vas a disfrutar muchísimo. Tiene el punto justo de dificultad para usar la cuerda pero sin sufrir demasiado 😉
Un abrazo!!!