sierras del Pozo y de Cazorla
junio de 2013
1 día y medio
127 km
3000 m
ola de calor
recorrido por amplias pistas y carriles definidos excepto la Cañada del Mesto que es una vereda amplia y muy marcada
croquis en mapa no disponible
track disponible aquí
Fue el pasado noviembre cuando estuvimos aquí con la intención de hacer esta actividad. El tiempo se presentaba plomizo y complicado y nos cayó la del pulpo en la subida a Puerto Llano. Cuando la lluvia comenzó a cristalizar convirtiéndose en nieve nos dimos la vuelta y regresamos con el rabo entre las piernas. Tan sólo una lumbre bien armada y unas chuletas de cordero nos hicieron recuperar la sensibilidad de cintura para abajo.
A día de hoy las condiciones son bien distintas. Calor, cielo plano, calina en el horizonte, 35 grados a la sombra y muchas horas de luz por delante. Salimos relajados desde la Bolera en descenso hacia Pozo Alcón. Pasamos veloces por el callejero y enfilamos hacia la sierra por la vieja carretera de Tíscar. Cuando estamos cruzando el puente de Hinojares le comento al personal que a partir de ahora todo es chicha. Molinillo y para arriba.
Los primeros kilómetros son muy duros por
a) el calor,
b) porque son casi las 12 del mediodía y
c) porque no hay sombras.
Cuando entramos en la pista la cosa empieza a mejorar aunque no lo suficiente. En la Ponderosa hacemos una parada técnica para refrescarnos y aprovechamos para picar algo aunque el comer y el rascar es lo que tiene y al final acabamos con bocadillo de filete, chocolates, hojaldres y jamón con tomate.
Con el estómago arreglado y mucha agua en los bidones seguimos para arriba. Es la hora buena, la hora en la que conectan con el Tour en las etapas de alta montaña. Nosotros también estamos subiendo un H.C. como los profesionales, pero no tenemos el mismo cuerpo ni la misma forma. Mucho más meritorio lo nuestro. ¡Dónde va a parar!
Al llegar a Puerto Llano tardamos un buen rato en reagruparnos. Incluso algunos nos permitimos sestear en la hierba bajo los laricios que aquí no son árboles, sino monumentos con miles de años. Comentamos la jugada y acometemos el descenso relajados, sabedores de que por hoy ya no queda apenas dolor.
Hacemos muchas paradas para contemplar todas las maravillas: primero el Gualay y su cuenca incipiente, después el pino de las 3 cruces y más tarde la raspa de los Agrios que nace desde la Cañada de las Fuentes. Nos detenemos en todas las fuentes habidas y por haber hasta que al final atravesamos el legendario puente de las Herrerías y en el camping nos hidratamos a base de cebada y lúpulo en cantidades industriales.
Subiendo hacia el empalme del Valle muchos tememos que nos pongan la bufa aunque la cuesta — breve pero intensa — nos devuelve a la realidad en apenas un kilómetro. Sin más historia nos dejamos caer hasta Arroyo Frío donde tenemos alojamiento. La noche transcurre con cena suculenta, salida suave de parranda y encame rápido antes de medianoche que mañana vienen curvas.
Amanece con algo de fresco pero no será suficiente. Desayunamos mantequilla, pan, aceite, jamón, fruta, leche y café hasta poner el balance calórico a nuestro favor y salimos finalmente a la carretera. Enseguida buscamos la tierra hacia el aula del Cantalar donde una zagala nos aclara las dudas sobre todos los cruces que nos iremos encontrando.
Seguimos subiendo siempre a la sombra por una pista agradable con poco tránsito hasta que doblamos el Tranco de la Carrasca y nos asomamos a la cuenca de Guadahornillos. El camino cada vez se pone más rudo y empinado y tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos chafando piñas y evitando piedras.
Después de un buen rato entroncamos con la pista principal que sube desde el Puente de los Caracolillos. Pasamos la casa forestal de Roblehondo y culminamos Puerto Calvario donde reponemos fuerzas recordando viejas hazañas precisamente en este mismo lugar.
Pero no hay tiempo para la nostalgia, así que pronto tiramos hacia Linarejos donde hay mucho personal disfrutando del agua fresca del arroyo. Sin apenas parar porque nos morimos de envidia salimos a la pista de las Navas para afrontar el último puerto puntuable de la jornada.
De nuevo, nos va a tocar lidiar con las mayores pendientes en el momento más tórrido. Pero no pasa nada, nos ponemos en modo molinete, vaciamos la mente y para arriba. Nos disgregamos cada vez más, cada uno con su dolor íntimo, hasta que al final volvemos a reagruparnos en el collado Verde. Desde ahí nos dejamos caer a la Nava de San Pedro donde hacemos una parada en el bar que hay junto a la pista.
Le preguntamos al jefe por el tema bocadillos y nos comenta que anda corto de pan. Con cara de pena nos dice que tendremos que apañarnos con carne de caza y gachas migas. ¡Qué catástrofe! Le pedimos con la boca pequeña unos cuantos platos de todo y lo que iba a ser media hora se convierte en comida de empresa con cerveza, vino, tapones de orujo y un vaso de casera.
El remate a la comida fueron unos yogures de queso caseros salpicados de caramelo. Con esto ya fueron muchos los que perdieron la conciencia. Menos mal que estaba ahí Juan, un hombre sensato y un gran fichaje para el pelotón, y levantó el campamento a tiempo antes de que nos hiciéramos daño con cosas malas.
Con tanta felicidad en la barriga cualquier tachuela se hace un mundo. Bajamos a Vado Carretas haciendo zetas entre encinas centenarias y pasamos todo recto el Guadalentín sin importarnos el nivel del agua. Algunos meten la zarpa hasta la rodilla pero… ¿qué más da?
Nos toca ahora una subida exigente hasta el Raso del Peral. Nos la marcamos con el culo en el sillín, como hombres, bufando como toros en celo y berreando como ciervos enloquecidos. Nos agrupamos por última vez en el cortijo del Raso y nos dejamos caer con mucha diversión hasta la cola de la Bolera.
Tras el Molinillo y después de mirar con el rabillo del ojo a los cerdos del cortijo — este año habrá buena matanza — nos apresuramos por la pista del pantano. Llegamos finalmente a los coches pasadas las siete. El termómetro marca 33 grados a la sombra. El GPS registra 3000 de subida acumulada. El cuentakilómetros se detiene en 130. Cifras frías, huecas, que apenas nada dicen, porque toda la esencia del viaje bien puede resumirse en una mesa, la sombra de un cerezo y un nogal y cinco colegas disfrutando de la sierra como mejor se puede: gastando y reponiendo. La vida misma.
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José Antonio Pastor González
Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.
Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.
Buf, Buena panzá de pistas serranas….. y muy muy familiares,..pero ya te las conocerías tu también de memoria.
Todo se disfruta, aunque sean pistas… además no estábamos para muchas sendas con la calor y el peso 🙂
Me encanta aquella zona , el vado de las carretas, es como la subida por el Borrosa algo que año tras año no se porque debo repetir , eso si , sin aglomeraciomes en silencio para disftutar el ruido del agua y las aves.
JEJEJEJE, que buenas jornadas gastronómicas por la sierra , un diez y de lujo, saludossss
JEJEJEJE, que buenas jornadas gastronómicas por la sierra , un diez y de lujo, saludossss
Yo más bien definiría el disfrute como de «Jabalises».
Que te voy a decir…, deseando que llegue la próxima. 😀
Qué gran fichaje habéis sido tú y el cuñao… menos mal que habéis entrado en el pelotón para subir el nivel jejeje…
Enseguida más y mejor 🙂
De ver algunas fotos me entras sudores frios, jeje. Todavía no he sacado la bici del coche, no te digo mas.
Dolores aparte, creo que hemos disfrutado como gorrinos por lugares para mi desconocidos.
La proxima subimos hasta el cabañas si hace falta, jeje.
Por supuesto, la próxima hasta la misma caseta de Cabañas sin levantarnos del sillín y haciendo el caballito.
P.D. Yo tampoco he rescatado mi burrita de la casa de tu hermano.
¡Hombre Jose Antonio! por fin una ruta que conozco todos los lugares, hasta comí en la misma mesa debajo del nogal en la Nava el año pasado, aunque me comentan que tiene nuevos dueños ¿ que tal ahora? , lo vuestro de las burritas es de lujo, veo que es una actividad que con pocas variantes repetís todos los años, nosotros también repetiremos en Otoño las Navas para andar por los trancos del Guadaletin en una travesia de 2 o 3 días y volver a dormir a las navas, bonitas fotos de lugares conocidos que me traen muchos y buenos recuerdos.
Un abrazo.
Jajajaja… qué exagerao que eres Kiki. Ese nogal es muy terapéutico y ya estoy deseando volver. Los nuevos dueños muy bien, calidad-precio estupenda. Para repetir pronto.
Cuando vengas en otoño estaré pendiente por si podemos coincidir. Un abrazo.
—Buena ruta, pero la proxima vez pregunta por donde andamos nosotros, pues como estuvimos en La Nava el sabado por la tarde-noche y nos bebimos mas de 100 cervezas, creo dejamos casi sin existencias el bar…jajaja. Todos esos sitos son bastante conocidos y añorados por mi sobre todo la zona de la cañada del Mesto con el çTranco dle Lobo etc., nosotros no lo pasamos muy bien con el calor, pero supongo que vosotros tambien pasariais lo vuestro…jajaja. MOSS, como aun no ha aprendido a montar en bici, veo que se tuvo que quedar en casa.Un abrazo y hasta la proxima..
JEJEJEJE, que buenas jornadas gastronómicas por la sierra , un diez y de lujo, saludossss
—Buena ruta, pero la proxima vez pregunta por donde andamos nosotros, pues como estuvimos en La Nava el sabado por la tarde-noche y nos bebimos mas de 100 cervezas, creo dejamos casi sin existencias el bar…jajaja. Todos esos sitos son bastante conocidos y añorados por mi sobre todo la zona de la cañada del Mesto con el çTranco dle Lobo etc., nosotros no lo pasamos muy bien con el calor, pero supongo que vosotros tambien pasariais lo vuestro…jajaja. MOSS, como aun no ha aprendido a montar en bici, veo que se tuvo que quedar en casa.Un abrazo y hasta la proxima..
La verdad es que se ha metido el calor de repente y entiendo que no hubiera cerveza en la Nava después de vuestra pedazo de ruta. Son sitios que a todos nos encantan y por eso repetimos y no nos cansamos. Un fuerte abrazo Ángel y cuídate!!!