costa de la región de Murcia
junio de 2013
7 horas
12 km
800 m
calor, humedad
descenso a la cueva en rápel, salida haciendo una escalada de IV por roca pulida y muy resbaladiza
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Mira que le tenía ganas yo a la travesía entre el Portús y la Azohía, uno de los itinerarios más repetidos en la costa de la región de Murcia. Se trata de un tramo del litoral murciano que — por fortuna y crucemos los dedos — todavía permanece virgen y ajeno a la urbanización salvaje y compulsiva que acosa otros lugares emblemáticos como la Marina de Cope.
La salida la hacemos desde el Portús, un núcleo de casas encerradas entre las montañas y el mar al que llegamos desde Cartagena. Comenzamos caminando por el GR92 entre palmitos y aliagas y siguiendo un camino muy transitado. Hace calor del fuerte y el pobre Moss busca todas las sombras posibles. La senda serpentea entre los continuos espolones que se adentran en el mar y, cuando ha de cruzar algún barranco, se ve obligada a ganar — o perder — muchos metros.
Las vistas son increíbles. Ya se aprecia por levante toda la zona de Escombreras y la Fausilla, otro tramo del litoral con excelentes valores. Nosotros vamos justo en dirección contraria, buscando el collado de la Aguja al que accedemos después de una buena cuesta y sudando a mares. Al otro lado se ganan vistas a Cala Aguilar y un pino de generosas dimensiones donde vamos a comer.
En la playa hay bastantes kayaks que llegan precisamente desde el Portús para visitar la Cueva de Neptuno. Nosotros nos acomodamos bajo el pino para comer tranquilamente a la sombra y después de una breve siesta nos acercamos para echarle un vistazo a la cueva. El acceso se hace por la zona de levante de la cala donde se han de ganar unos 40 metros hasta la boca superior. Hay varios spits y parabolts ubicados en diferentes sitios así como un puente de roca donde colocar un seguro adicional para el rápel.
Nos descolgamos hasta el interior haciendo una salida de las que dan canguelo y alcanzamos la base donde destaca un enorme palmito que busca la generosa luz natural del mes de Junio. La humedad nos hace sudar y resbalarnos en las rocas pulidas hasta que nos ponemos junto al lago interior, agua salada de mar que comunica con el exterior a través de un sifón y varias galerías. El color azul turquesa, el reflejo de la roca limpia y la quietud de la lámina son detalles que no llego a captar con mi cámara pero que justifican sobradamente la visita a esta singular maravilla geológica.
Para salir tenemos que trepar por una fisura que, sin ser difícil, está muy pulida y resbaladiza. Para ello nos aseguramos con la cuerda y le bajamos el grado apoyando los pies en una traviesa colocada estratégicamente.
Tras la cueva retomamos el camino por la senda que va hacia el cuartel de Boletes y, desde ahí, abandonamos el GR92 para remontar ya por carril hacia el Campillo de Adentro donde tenemos otro vehículo. Después de hidratarnos en el bar social de esta población subimos para visitar la batería de Castillitos y disfrutar del atardecer. Una jornada estupenda en buenísima compañía. Gracias Nino, Alex, Mini y Jara. ¡Nos vemos en la próxima!
fotos

José Antonio Pastor González
Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.
Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.
Esta ruta me recuerda a los acantilados de Barbate en Cádiz, solo que rápelar ni un metro amigo Jose Antonio, no me engancho a una cuerda ni muerto, preciosas fotos y no me digas que Moss ya ha aprendido a subir por la cuerda, bonita descripción de la cueva, habrá que ir a verla algún día.
Un abrazo.
Barbate y la costa de Cádiz es una de mis asignaturas pendientes… es algo que sé que voy a hacer más pronto qu tarde. En cuanto a Moss, lo dejamos a la sombra del pino mientras hacíamos la cueva y nunca estuvo solo. El pobre pasó mucho calor… el sur ya no está para salidas hasta septiembre (salvo Sierra Nevada, claro).