Travesía panorámica de la cuenca alta del río Castril donde remontamos por el arroyo del Puerto para pasar a los Campos y caminar en paralelo a la divisoria hasta enlazar con los Prados del Conde donde dormimos. Regresamos por Sierra Seca y el cortijo de la Asperilla.
ficha

sierra de Castril y sierra Seca
enero de 2013
día y medio
32 km
1700 m
frío, estable
recorrido por viejas sendas y campo a través; orientación sin referencias precisas en bastantes tramos
croquis en mapa no disponible
track disponible aquí

Navidades frías bajo el dominio del anticiclón, heladas severas en las montañas del sur, inversiones térmicas acusadas en las hoyas y valles, ambiente perfecto para lanzarse a un pateo por Castril, el santuario de caliza vertical más lustroso — con permiso de la Almijara — de las Béticas.

Salimos del cortijo del Nacimiento con fuerte viento del norte en contra. Caminamos hacia el nacimiento por la senda remozada y disfrutamos de las primeras luces que se cuelan sobre los pliegues de Sierra Seca. Los escaramujos tienen los frutos que van a reventar, intento cazar alguna foto pero no lo consigo. Esta gente va muy rápida. En fin.

Dejamos atrás las ruinas del Cortijo de Peralejo y en la confluencia con el barranco de la Osa remontamos una fuerte pendiente por la derecha de un cercado recién habilitado aunque no sabemos para qué. El camino dobla bajo las paredes un espolón y, aunque está muy perdido, es sencillo de seguir por las grandes hormas que lo sostienen y señalan.

Pronto ganamos vistas al barranco del Puerto. Descendemos hasta el curso del arroyo donde almorzamos al repecho de una roca soleada. Me encanta la soledad de esta vertiente y las curiosas formaciones geológicas que adornan la ladera sur de las Buitreras, un casi 2mil que dejamos para otra ocasión más propicia.



Pasamos junto a la cueva del Puerto y negociamos unas lanchas de roca con nieve dura y algo de hielo. Enseguida estamos en el Puerto y ganamos vistas hacia los Campos que se nos presentan como una Siberia andaluza, solitaria, agreste y hermosa1Otros comparan este tipo de paisaje con Islandia. Yo también añadiría un lugar más: las Highlands de Escocia.. Nos detenemos un rato para esbozar la estrategia y acordamos caminar en paralelo a la divisoria provincial — la Cuerda de la Linde — hasta encontrar un paso evidente que nos permita arribar al refugio de los Prados del Conde.

Estos kilómetros los hacemos cada uno a nuestro ritmo. Nos seguimos con la vista pese a separarnos incluso más de un kilómetro algunos de otros. En las rasantes — que aquí son infinitas — nos vamos esperando para confirmar el rumbo correcto con los que vienen detrás. Estoy disfrutando mucho del paisaje, del frío, del viento helado que sopla del norte y de las laderas que se desparraman con suavidad sobre el horizonte.

En un momento dado — casi a la altura del refugio de pastores de Monterilla — giramos bruscamente al Este y cruzamos la loma Tijeras, el carril que va a las Palomas y enganchamos con el que desciende hacia el refugio de Don Rafael. Pese a que he estado por aquí varias veces, llego a inquietarme porque tardo mucho en reconocer los accidentes del terreno y en estos lugares nunca se puede bajar la guardia — y más si estás en invierno con pocas horas de luz y obligado a dormir bajo techo como es el caso.

El refugio de Don Rafael está abierto y en perfecto estado. Nos planteamos quedarnos aquí pero mantenemos el plan inicial y ascendemos por el carril principal hacia los Prados del Conde. Nada más pasar los tornajos que hay junto a la pista nos colamos por una vaguada para acortar los últimos metros. Es el ansia de llegar.

Dentro del refugio encontramos acomodo, una mesa sólida, chimenea, un almanaque con una jamona en cueros, dos grados Celsius de temperatura ambiente y leña de madera noble en cantidades industriales. Se nos iluminan los ojos, cogemos agua de la fuente, preparamos la lumbre y disfrutamos de una velada a escasos centímetros del hogar mientras rotamos nuestras posiciones en el banco para no morir tostados.

La noche se hace larga, sonora y fría. La gente ronca como si fueran camiones de la basura recogiendo contenedores y me enfundo los tapones a la vez que me sumerjo en la pluma del saco para aislarme de tanto sonido animal. Tengo a Moss enroscado junto a las rodillas donde le he hecho una cama con dos cojines viejos que he encontrado que refuerzo con la funda de vivac y la mochila.

Nos cuesta salir de los sacos cuando los primeros rayos del alba asoman por el ventanuco. Los primeros en levantarse ya han avivado algo el fuego aunque gastamos muy poca leña porque salimos pronto. Remontamos por una pequeña vaguada hacia el carril que serpentea por la divisoria de Sierra Seca y, de espaldas al frío viento del norte, disfrutamos de las panorámicas y del sol.

Coronamos la Morra del Buitre, el 2mil principal de la cuerda de Sierra Seca2Esta cumbre se encuentra un kilómetro al sur del vértice geodésico Tornajuelos. La diferencia de altura entre ambas es de 5 metros a favor de la Morra del Buitre y almorzamos protegidos por unas rocas con buenas vistas de los grandes barrancos de la margen derecha del Castril.

El descenso lo hacemos despacio porque es entretenido, con piedra suelta, vegetación rastrera y gradas de 2/3 metros que es preciso evitar. El gigantesco pino que hay sobre la Asperilla es una referencia perfecta hacia la que nos dirigimos. Antes del mismo, en un leve collado se toma una traza que baja hasta el cortijo en el que encontramos al pastor. Con él mantenemos una larga conversación. No puedo evitar recordar la última vez que estuve aquí con este mismo chaval cuando apenas me dirigió la palabra. Misterios de los pastores.

Oliendo a huevos fritos, costillas de cordero, patatas al montón y jarras de cerveza hacemos las zetas de la Asperilla y aceleramos cuando vemos los tubos de la central. Esto se acaba. Nos damos un homenaje en Fátima donde encuentro a unos buenos amigos en el restaurante que también están disfrutando de esta magnífica sierra. A Moss le agencio un bocadillo de lomo con el que se arregla perfectamente — ¿cómo no? — y enseguida recogemos para volver a casa. Pronto más.

fotos

entradas relacionadas


José Antonio Pastor González


Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.

Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.

Más info

Un proyecto personal, una web de montaña dedicada al sur de la península sin ánimo de lucro en el que la protagonista es, y siempre será, la montaña. Muchas gracias por tu visita y tu participación.

© Montañas del Sur 2022