sierra Nevada
diciembre de 2010
16 horas
irrelevante
1150 m
anticiclón, despejado, frío
actividad AD sup; pendientes máximas de 60 grados y tramos en mixto de III+
pincha aquí para ver el croquis en foto y pincha aquí para ver un mapa
track no disponible
Todo pone a prueba al hombre, dicen los dioses,
para que, bien criado, aprenda a dar gracias por todo
y aprecie la libertad
de partir hacia donde desee.
Friedrich Hölderlin
—>
A las cinco suena el despertador. Pero vamos por partes. Resulta que tras la paliza del día 27 decidimos por unanimidad descansar en el refugio un día completo. Así que el 28 amanece soleado y tranquilo mientras nosotros aguantamos en los sacos de la habitación nevera hasta casi las 9 de la mañana, hora límite del desayuno fijada por los guardas del refugio.
El día 28 transcurre plácido y silencioso, apegados a la chimenea mientras los ojos resplandecen imantados a la madera de encina y olivo. Charlamos sobre proyectos futuros y anécdotas pasadas mientras los leños aguantan horas y horas sin consumirse. Consultamos revistas, leemos algún libro, y nos asomamos por la ventana para ver cómo la luz va cambiando con el avance del sol. Al final de la mañana salimos a la puerta para secar el material y organizar el hierro.
Tras la comida nos dejamos caer en las sillas, vemos empezar a vencerse la luz hasta que el sol se pone tan bajo que sus rayos lamen las laderas del Tajo de los Machos y las Alegas advirtiéndonos de que se acaba la tregua y que pronto habrá que cobijarse para pasar la noche. Nino y yo renunciamos a la cena y antes de las 9 estamos en los sacos esperando a que suene el despertador.
Y así ocurre.
Nos movemos mucho más rápido que en la primera jornada de actividad. La consigna es que no queremos que se nos haga de noche otra vez. A las seis y poco ya estamos remontando hacia el collado del Ciervo y antes de las 9 nos zampamos unas galletas con la vista fija en la norte del Mulhacén desde esa piedra inclinada que tan bien destaca en la divisoria.
Aprovechamos nuestra huella de los días pasados para ganar el pie de la cara norte y comenzamos un penoso flanqueo por nieve blanda a media ladera hasta colocarnos en el inicio del corredor del Puntal de Siete Lagunas. Nos ponemos el arnés porque es un sitio cómodo y comenzamos sin cuerda.
A medio corredor, justo cuando la inclinación cede algunos grados, nos desplazamos en travesía hacia la derecha buscando el inicio de la zona empinada. El estado de la nieve es muy irregular con zonas heladas, zonas blandas, nieve costra, etc. Como aquí la caída es ya bastante seria sacamos la cuerda y comenzamos a ascender en V con Félix por delante.
El primer largo es casi horizontal y nos lleva hasta el principio de un estrechamiento de apenas un par de metros por donde baja de todo: viento, nieve y algunas pequeñas piedras. Nos ponemos las capuchas de los abrigos porque la sensación de los copos colándose por la colleja no es precisamente agradable.
Estos largos iniciales avanzan por un corredor largo y muy estrecho que está limpio en su zona central por los continuos desprendimientos. A veces la zona de desagüe es imposible de evitar y tenemos que avanzar por en medio de esa zanja que parece en ocasiones un riachuelo de agua helada.
El tiempo va pasando y hace bastante frío — unos -4 grados marca mi reloj — mientras la cosa se va ensanchando. En un momento dado salimos a una pala de nieve muy amplia y bastante inclinada donde Félix ha montado una reunión sin roca: los dos piolets enterrados y un tornillo de hielo — hoy no se nos han olvidado — a la capa helada que hay bajo la nieve fresca.
Es casi mediodía. Nos apalancamos en la reunión y comemos algo. Aquí sabemos que hay una posibilidad de escaqueo hacia la izquierda buscando la arista noreste. (En realidad, no es un escaqueo, sino la vía original que abrieron Rafael Baca y Jesús Pinilla en 1966.) Sin embargo, Félix es optimista y confía en que la segunda parte de la vía que la variante haciendo la salida directa esté en buenas condiciones. Nino y yo que somos unos mandaos no decimos ni mu y para allá que nos vamos.
Los siguientes largos transcurren por un nuevo estrechamiento con más inclinación que el primero. Enseguida nos encontramos varios tramos de roca que Félix va salvando con maestría. Cada vez cuesta más trabajo proteger la ascensión porque toda la roca está chapada de hielo fino y las grietas están ocultas e inaccesibles.
Y así, concentrados en ganarle metros poco a poco al rey, va cayendo de nuevo la tarde. En las largas esperas de las reuniones con los pies congelados echamos la vista atrás y contemplamos el espectáculo de la vertiente norte de Sierra Nevada iluminada por el sol del atardecer.
Muy, muy, muy abajo, en el curso del Genil, ya reinan las sombras y se adivina la curva mágica del puente de los Burros desde donde se tiene la primera perspectiva de las dos grandes nortes de Sierra Nevada. Realmente, estamos viviendo una jornada en un mundo paralelo al que usualmente nos desenvolvemos, un mundo hostil, duro, salvaje, recio y bello. Un mundo que no admite errores y que no te permite ni un solo descuido si te quieres sonar los mocos porque el guante se va un kilómetro para abajo. En este mundo la única preocupación que existe es la de hacer las cosas bien, las cosas que tienes delante de ti, sin pensamientos extraños, descuidos ni elucubraciones. Es un mundo de problemas y recompensas inmediatas y puras: el problema de hacer bien las cosas y la recompensa de salir por arriba.
En este mundo paralelo tan exigente el tiempo no se mide en minutos ni en horas. El tiempo transcurre con cada sonido del cierre de los mosquetones, con cada respiración, con cada chispazo que salta cuando el piolet golpea en la roca… también con la brisa que se cuela entre los corredores y con el ángulo que determina la sombra conforme el sol se va ocultando por el oeste.
Y ese ángulo cada vez se hace más plano. Viene la noche y todavía seguimos haciendo largos. El último es casi todo mixto y encontramos rocas más limpias por lo que podemos usar las manos. Cuando ya se hace casi de noche alcanzamos un estrecho hombro que comunica por terreno sencillo con la arista noreste a escasos metros de la cima.
Nos subimos los tres al promontorio y sabemos que ya está. La luces de Granada brillan en el valle. Es la primera vez que podemos verlas. Estamos abandonando el universo paralelo para regresar al habitual. Nino me hace un gran favor y como voy muy justo guarda mi cuerda mientras me adelanto para ganar la arista por terreno seguro antes de que se cierre la noche. Nos volvemos a reunir los tres y subimos juntos a la cumbre con la noche cerrada.
Antes de llegar nos refugiamos en unas rocas del viento y comemos un bocado de salchicha y pan. Vemos muchas luces desparramadas por los valles pero me resultan especialmente llamativas las de los molinos del marquesado de Zenete. Al tocar el pilón de la cumbre nos abrazamos y chillamos de felicidad. Son las siete de la tarde pasadas.
Emprendemos el descenso hacia la Caldera por la oeste del Mulhacén ya muy relajados y felices. En el collado del Ciervo volvemos a llamar al refugio al igual que hace dos días: somos los tres murcianos, estamos bien, si queda cena estaría genial que pudiéramos tomarla…
Bajada por el río apretando el paso, los frontales apagados para disfrutar de Orión, la llegada al refugio pasadas las nueve, la ducha caliente con estufa, la cena bien merecida, la noche reparadora y el regreso a casa. A casa y al mundo de coordenadas habituales. Hasta que volvamos a colocarnos de nuevo en uno paralelo.
Me ha encantado volver de nuevo a la norte del Mulhacén, aunque sea de forma virtual, y más a esa vía de dos míticos de la vieja guardia de sierra nevada; baca-pinilla. La alta montaña, un mundo sobre el propio mundo, vosotros la llamais mundo paralelo, es el mismo tunel del tiempo el que atravesamos para llegar al mismo escenario.
Enhorabuena por esa danza sobre el blanco tapiz y por surcar por el mar de las tempestades.
Viejolobo
Muchas gracias Rafael por tu visita y el comentario. Es un privilegio para este blog tenerte por aquí porque tú también eres de los míticos 🙂 y encima con el añadido de que sigues en la brecha. De aquí a nada ya estás catando otra vez esa norte. Con los mejores deseos para que sigas muchas temporadas disfrutando de las montañas, recibe un saludo afectuoso desde este blog.
[…] [+ fotos] […]
Hola Luiso, enhorabuena por compartir con nosotros estos dias tan mágnificos en Sierra nevada. Realmente cuando vés estas cosas me doy cuenta que de verdad soy un «pisapraos», pero admiro mucho más a las personas que por suerte conozco y que tienen esa capacidad de sufrimiento y agilidad para poder desarrollarlas. Agradecerte inmensamente que compartas con nosotros esas «aventuras» pues gracias a ello, nos haces sentir el frio en la cara, el cansancio, el sudor, dolor de piernas y falta de aire de una subida, el placer de una reunión planificando el próximo tramo de la subida y la satisfacción de poder llegar a la cima, cosas que sin duda, muchos no lograremos hacer pero que gracias a gente como tú podemos imaginar e incluso llegar a sentir. Muchisimas gracias y a ver si podemos coincidir otra vez en la montaña, pues será un placer caminar al lado de un maestro como tú.
Hola Oberkland. Muchas gracias a ti por tener paciencia y leerte todo el cilindraco :grin1_ee: Me alegro de que te hayas transportado al ambiente de las nortes de sierra nevada… 🙂 seguro que pronto podremos volver a coincidir, aunque espero que haya más solecito :smile2_ee:
Son varias las ocasiones en las que hemos ruteado juntos con Lourdes y Moss. Me acuerdo de tras finalizar la ruta de Sierra Seca con el Tornajuelos y los Prados del Conde me quedó la sensación de casi haber tocado el cielo con las manos.
Pero esto que habeis hecho es «injusto» para muchos humanos entre los que me encuenro ya que, como decía Fernando Linares, esto si que es dejar a mucha gente a la altura de «pisapraos».
Esta aventura vuestra, si además se relata con esta riqueza de expresiones, que dan a entender la bondad y al mismo tiempo la crueldad de la montaña en algunas situaciones, eso sí que es tocar el cielo con las manos.
Enhorabuena a los tres y gracias por permitir acercarme a la montaña con estas rutas que se que no haré nunca por razones obvias, entre ellas por la «pila» (La pila de años me refiero), pero que al menos hacen que deje volar la imaginación y me vea colgado virtualmente de alguna de esas cuerdas que utilizais y me transporte, sin moverme de mi silla a ese mundo paralelo al que haces mención
Me estoy poniendo muy «pesao» porque ya te he dicho en muchas ocasiones refiriéndome a tus rutas y relatos GRACIAS POR COMPARTIR, pero en este caso ves que lo he puesto con mayúsculas por que la ocasión lo merece.
No dejes de seguir contándonos tus andanzas.
Saludos
Paco, comentarios como este tuyo son los que más motivan para seguir escribiendo en este blog así que te lo agradezco enormemente. Si yo pongo el alma en lo que escribo, no veas lo que se agradece escuchar «el otro lado» 🙂 que sois vosotros
Lo del nivel y todo eso… bueno, la verdad es que es una pedazo de actividad pero casi todo el mérito, como ya he indicado por ahí, es del señor que iba en cabeza Yo me limitaba a seguir sus pasos y a no mirar mucho para abajo :cool1_tb: Aún me queda «mucha mili» para moverme de forma autónoma en estos terrenos :rolleyes_ee:
Finalmente, Lourdes y yo (y seguro que también Moss) recordamos con mucho cariño ese día que compartimos en Sierra Seca. Seguro que habrán más como ese y que podremos tomarnos unas cervecicas escuchando el ruido del agua de los tornajos de algún cortijo 🙂
Y mientras llega ese día, pues seguiremos interconectados
He leído el relato como si estuviera en el cine, apretando los ojos por la ventisca y dando pioletazos…jejejeee..
acojonante.. que quieres que te diga…
imagino que las vistas de noche desde el rey…una gozada.
Enhorabuena!!!
Sí que fueron una gozada Bernardo, sobre todo al comprobar que finalmente salíamos por arriba y que no nos iba a tocar dormir colgados por ahí enmedio :grin1_ee:
Gracias por tu comentario
«trasteando» por internet me he encontrado esta joya de reportaje.
Las fotos son preciosas, y el relato es una pasada.
Muchas gracias.
Una preguntilla:
A este via le tengo echado el ojo hace tiempo. ¿que tal el ultimo tramo mixto? ¿muy descompuesto,que grado puede tener?
He visto que la catalogan poco AD inf. ¿que opinais?
Gracias de nuevo y por compartirlo de esa forma tan especial
Un saludo
andres
Hola Andrés B.
Muchas gracias por tu comentario y bienvenido al blog. Espero verte por aquí en otras ocasiones
En relación a tu pregunta el tramo de mixto no está descompuesto pero nosotros lo encontramos chapado de hielo y, por tanto, más difícil que en seco. El grado no será alto pero ya te digo, con hielo se hacía complicado, sobre todo de proteger.
En cuanto a la catalogación todo dependerá de la nieve y su estado que las vías de invierno es lo que tienen… que varían mucho según las condiciones :ohoh_ee:
Yo no soy muy experto pero el jefe (Félix) me comentó que es un itinerario más exigente que el canuto central de la norte 🙂 así que ya te puedes ir haciendo una idea
Si necesitas más info aquí estamos 🙂
Con lo que me cuentas ya me hago una idea.
Muchas gracias Jose Antonio.
Ahora que conozco este blog tan estupedo os echaré un ojo de vez en cuando..
En el reportaje reflejais mejor que nadie algo tan importante en esto de subir montañas, como es la amistad en la cordada.
Un saludo
Andres
En el reportaje reflejais mejor que nadie algo tan importante en esto de subir montañas, como es la amistad en la cordada.
Pues no veas lo que me alegro de esto que comentas… para mí es lo esencial en la montaña, la gente con la que voy. La cumbre, la altura, todo lo demás, es secundario en relación a la compañía.
Qué gustazo «trasladarme» a ese mundo paralelo… Las fotos espectaculares. Hay una cosa que me llama la atención y es cómo puedes llegar a conocer el nombre de esos lugares (La Caldera; marquesado de Zenete…) lo haces a través de cartografía, preguntando…
Saludos,
Hola Paco.
Me alegro que te hayas podido «teletransportar» a ese mundo paralelo 🙂
En cuanto a lo de los nombres es cuestión de visitar muchas veces los sitios, repasar libros y mirar mucha cartografía… a mí me encanta
Con respecto a la cartografía; me recomiendas que me vaya iniciando con el SIGPAC? por lo que veo está muy detallado los lugares y sitios más «carismáticos» o más conocidos…
De nuevo gracias por tu ayuda.
me recomiendas que me vaya iniciando con el SIGPAC?
Xastamente… el SIGPAC es una herramienta cojonuda y si tienes una buena conexión a internete podrás navegar sin problemas por todo el territorio. Además te permite confrontar cartografía convencional con ortofotos y eso es muy útil para diseñar itienerarios
:clap_tb: :clap_tb: :clap_tb: Vaya tela ,que increible experiencia ,la subida tremenda ,bajar de noche bajo el manto de estrellas ,no creo que llegue a ese nivel ,pero de verdad que me gustaría…enhorabuena por lo conseguido ,nosotros estubimos el uno y el dos …para darnos el gusto de estrenar año haciendo cumbre en el Mulhacen ,para mi una experiencia maravillosa ,que tardaré en olvidar ,subida por el collado del
ciervo y bajada por la loma ,con un tiempo inimaginable para el mes de enero ,me gustaría prosperar y poder hacer algún día una subida como la vuestra ,lo dicho enhorabuena….todo un reto
Las fotos preciosas …………
Gracias Elena… seguro que si te lo propones puedes meterte también alguna vez en un fregao de estos que yo he visto lo que haces con la bici y no es moco de pavo :bigsurprise_ee: vamos, que se nota que te va la marcha dura dura :shuteye_ee:
Jobar…! qué guapa la subida ¡y empinada!
Cuando hicimos el Mulhacén, a principios de junio pasado, vimos gente que subía por donde vosotros lo habéis hecho. Mucho más duro, más reconfortante… si se está preparado.
Mi nivel no da para ello.
Haciendo cumbre con la caída de la luz, las 7, noche casi total. Justificado por el entusiasmo y la experiencia, pero no recomendable para iniciantes.
Felicidades desde Madrid/Getafe: PAQUITA
el día 27 se nos hizo de noche volviendo de la Pinareja… pero en terreno fácil, ni comparación.
La verdad es que tiene su punto llegar a la cima de noche, sobre todo si conoces el camino de regreso y no te espera una noche toledana con vivac :mrgreen_wp:
Es mágico poder contemplar las luces del valle desde tan alto. Para mí es una de las imágenes imborrables de estos días de navidad 🙂
:clap_tb: bien por esa subida por la norte del rey , :thumbup_tb: me parece tan especial ese mundo de las cuerdas el hielo y la nieve que parace que esta uno ahy compartiendo esos momentos con vosotros, y ese dia de relax estuvo mu bien para no repetir errores :wallbash_tb: un saludo
El día de descanso era imprescindible Diego… sin él no hubiéramos podido meternos de nuevo en otro berengenal