Sierra Nevada
septiembre de 2004
2 días
34 km
2400 m
estable
fuerte desnivel, descripción para la ascensión en verano
croquis en mapa disponible más abajo
track disponible aquí
Estamos frente a una actividad clásica e imprescindible. Vamos a subir al Mulhacén por su vertiente más atractiva. Para ello, desde el pueblo de Güejar Sierra, accedemos al barranco de San Juan donde termina la carretera que serpentea en paralelo por el antiguo trazado del tranvía. Comenzamos a caminar siguiendo la famosa Vereda de la Estrella, camino arriero que antaño fue utilizado para dar servicio a las numerosas minas abiertas por la zona.
La Vereda se va adentrando en paulatina subida hacia el santuario de las Nortes. Tras unos 12 kilómetros llegamos al Real, donde se juntan los ríos Valdecasillas — que desciende desde la norte del Mulhacén — y Valdeinfiernos — que se descuelga desde la norte del Puntal de la Caldera y la laguna Larga. Aquí cruzamos el río Valdeinfiernos por un puente de madera y remontamos una dura pendiente hasta el collado de la Majada de Palo.
Desde el mismo, nos adentramos ahora en la vertiente del río Valdecasillas y la senda va salvando sucesivos escalones para colocarse al pie de las chorreras de la Mosca, un lugar que en invierno es muy técnico pero que ahora en verano es fácil de pasar. Las chorreras se pasan en diagonal hacia la derecha en travesía ascendente hasta que se alcanza la laguna de la Mosca donde se vivaquea. (Cuidado aquí con el zorro.)
Después de hacer noche, se remonta hacia el collado del Ciervo donde se ganan vistas hacia la vertiente sur de la sierra que en muy poco se parece a la cara norte que dejamos a la espalda. A continuación se asciende por la evidente senda de la cara oeste del rey.
En resumen, se trata de una ascensión con mucho más empaque que las habituales que se pueden hacer por la zona sur de la sierra. La dureza se compensa con creces ya que el paisaje aquí es mucho más abrupto, verde y húmedo y la visión de las nortes siempre sorprende. Lo que no gusta tanto es el descenso duro con las mochilas y alpargata hasta los coches por la vereda de la Estrella que nosotros hicimos con carrera incluida. En fin, cosas de la juventud.
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José Antonio Pastor González
Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.
Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.
Me cago en mi estampa, ese año subimos al Mulhacen tres veces, asi estoy ahora, que me cuesta subir las escaleras para ir a dormir, y retumba en mis oidos «Loma del calvario» como una resaca punzante
Jajaja… es cierto broder, ese año fue demasiado, nos pasamos de rosca y todavía lo estamos pagando… pero siempre nos queda ensillar al terry y que él nos suba hasta la cumbre 🙂