sierra de Segura, parque natural de Cazorla, Segura y las Villas
junio de 2010
6 h
23 km
1150 m
calor, estable
recorrido por pista forestal y viejas sendas de herradura, algunas de ellas algo difusas, sobre todo en la ladera norte de las Banderillas
pincha aquí para ver el croquis
track aquí disponible
Esta ruta se la debo al que posiblemente sea uno de los mejores conocedores del Parque de Segura y Cazorla. Me refiero a Luis Cano Cavanillas. Durante varios años mantuvimos correspondencia por correo electrónico donde me fue dando detalles de algunas de estas sendas que rodean el Aguasmulas. Hablo del año 2007 cuando Wikiloc empezaba a funcionar de forma masiva y mi GPS de campaña era un Forerunner en el que no podía cargar ni tracks ni mapas.
A base de indicaciones sutiles e informaciones más o menos vagas intenté encontrar muchos de los pasos aquí descritos. Me costó varias salidas y algunos recules finalizar por completo todo el circuito pero tras varios intentos lo conseguí un par de años más tarde. Dejé el reportaje larvado pues mi política, cuando alguien me habla de alguna senda y esa persona todavía no ha publicado nada al respecto, es mantener el tema en archivo. Esto ha sido así durante bastantes años. Finalmente, estas sendas han acabado siendo recorridas por mucha más gente, publicitadas en el Wikiloc y bien documentadas por lo que paso yo también a ponerlas en claro.
El pateo comienza en la pista del Aguasmulas. Dejo el coche antes de la barrera y camino en solitario. Sí, habéis leído bien: en esta ocasión Moss no podía acompañarme pues al día siguiente tenía una movida con la bicicleta en la misma zona y no podía dejarlo solo. La primera parte es monótona para los que conocemos bien la pista forestal. Se asciende así durante 5 kilómetros y en un momento dado la abandonamos por un estrecho carril que baja hasta el cauce. Aquí nos toca atravesar un puente precario hecho con dos troncos que nos permite acceder a la margen izquierda del río. Siguiendo una senda muy empinada alcanzamos el cortijo del Mulón.
Hace una mañana calurosa y ya se adivinan nubes de evolución tras la sierra de las Villas. Espero que no lleguen a mayores y continúo remontando por la espalda de la casa entre olivares y buscando la linde del terreno forestal por el que nos introducimos hasta dar con la senda buena. Es imposible no cruzarse con ella pues discurre a media ladera por encima de los cultivos. Una vez en ella caminamos cómodamente hacia el sur buscando un terreno cada vez más despejado. Las Banderillas asoman entre las copas de los pinos y la cuenca del Aguasmulas se va empequeñeciendo poco a poco a nuestra izquierda.
En un momento dado, la senda remonta la divisoria y se cuela en la vertiente del arroyo de la Campana. Son perfectamente distinguibles los Calarejos y el collado de Roblehondo. Atravesamos una parcela devastada por un incendio forestal relativamente reciente y llegamos así al collado de Linarejos donde en una ocasión hice un vivac inolvidable con Moss.
Esta zona en la que desemboca el camino que traemos es confusa pues es muy llana, apenas presenta accidentes y debemos buscar ahora la senda que enlaza la Casa Forestal de los Pardales y la Casa Forestal del Quejigal. Este viejo camino de herradura se encuentra muy perdido en algunos tramos y discurre por la vertiente norte de las Banderillas casi paralelo a las curvas de nivel aunque con tendencia a bascular hacia la cuenca del Aguasmulas.
Justo en el punto donde se coge la senda dejo un hito con piedras para otras ocasiones y me introduzco en una umbría de ensueño con robles, laricios, zarzas, rosales y mucho musgo. La vereda está prácticamente perdida pero me basta simplemente con apostar a que la pendiente seguirá constante. (Este camino lo diseñó un ingeniero y esta gente es seria: no pongamos más cuestas si no es necesario.)
De vez en cuando encuentro vestigios antiguos de la horma de piedra seca sobre todo en el vado del barranco de las Charcas (toponimia del I.G.N.). Después se ve muy claro por donde continúa ya que el espolón que hay posteriormente está muy despejado y se adivina la traza del camino a media ladera. La última sección antes del vado del Aguasmulas es en descenso con algún zigzagueo que otro que se hace sin pegas.
Al llegar al Aguasmulas me paro a comer y disfruto con las formas de las nubes: cúmulos soñolientos se arremolinan sobre el Castellón de los Toros y me permito sestear con la cabeza apoyada en la mochila. Pero no puedo relajarme ya que todavía tengo que encontrar el enlace con la pista del Aguasmulas. Para ello me descalzo, cruzo exactamente por donde están los sillares del viejo puente y encuentro los restos de la vereda que acompañan al río unos pocos metros hasta que comienza una esforzada cuesta que me saca a la pista, más o menos a un kilómetro de la explanada donde se termina. Desde la misma pista es complicado apreciar que sale una senda.
Ahora ya solo me queda descender tranquilamente disfrutando del recorrido. Con los ojos repaso todo lo que acabo de patear con mis pies. Me recreo con la luz, las nubes, las flores y la primavera que está en sus máximos. Estoy contento porque he encajado algunas de las piezas del puzzle que me faltaban por completar. Menos mal que todavía tengo pendientes otras muchas para seguir disfrutando.
fotos
en el río aguasmulas

José Antonio Pastor González
Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.
Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.
Buenas..
una ruta con muy buena pinta. Me la apunto para final de mes, compaginándola con otra cosa pues estaré 3 dias por la sierra. ¿que tal esa zona para la berrea?
¡¡¡¡gracias por compartirla!!!!
Andres
Buenas Andrés. Igual llego muy tarde y ya te has marchado por estos sitios. Es una zona preciosa, sorprendente y con caminos escondidos que da mucho gusto descubrir. En cuanto a la berrea, para mi gusto está un pelín alta de más… creo que los grandes herbívoros son más de bajar al pantano y a los llanos, aunque tampoco me hagas mucho caso porque no soy un especialista en ese tema. Un saludo y perdona por la tardanza en contestar!!!
Hola Jose Antonio.
Acabamos de llegar de hacer una travesía por el Banderillas y me he acordado de este reportaje por lo que no he podido resistirme a hacerte algunos comentarios sobre todas estas sendas. He podido por fin hacer la senda que desde el Collado de Roblehondo llega hasta la Fresnedilla bajo los paredones del Banderillas pasando por los Pardales. Absolutamente maravillosa. Os entiendo perfectamente a tí y a Luis en vuestras consideraciones sobre el placer de descubrir por uno mismo estos rincones. Muchas gracias por tus indicaciones y por tu forma de contar de las cosas.
El paso del Aguas Mulas, dormir en la cumbre del Banderillas y en la Fresnedilla, la Tina de las Hoyas, la Hoya de la Albardía y por último la agradable sorpresa de conocer a Pedro y a Hilario; dos de los propietarios de la única casa no expropiada de los Centenares. Hemos tenido la inmensa suerte de compartir con ellos, sentados bajo los cerezos en flor de su pequeño huerto y con una cerveza en la mano, de mil y una historias de como era la vida en este lugar.
En fin, ya sabes que tenemos pendiente una larga charla sobre mil y una dudas que tengo sobre los cintos y sendas del Banderillas que todavía tengo que recomponer ya que el puzzle aún lo tengo a medio jajajaja.
Un abrazo.
Vaya comentario guapo que has puesto Paco. Esa senda que enlaza Roblehondo con la Fresnedilla es un lujo total. Espero que cada vez la transite más gente de bien para que se vaya definiendo y se recupere. Desde luego que las Banderillas es la montaña de Segura por excelencia, por su paredones y también por las historias humanas de todos esos sitios que comentas.
¡Vaya suerte coincidir con Pedro e Hilario! Ese tipo de coincidencias siempre se recuerdan con mucho agrado. Cuando quieras nos tomamos esa cerveza en la plaza de las flores y charlamos sobre monte… tenemos cuerda para rato 🙂
Sin duda una ruta interesante…. Un saludo!
Lo es Ginés… apúntala porque es una delicatessen ambiental 🙂
!!vaya, Que sorpresa!!, no esparaba este reportaje. La verdad es que me dijiste hace tiempo que ibas escribir algo pero ya lo había olvidado. Comparto totalmente tus argumentos por haber esperado en publicarlo y por qué lo haces ahora. ! Muchas gracias por esa atención y por la mención !. Es cierto que la informacion que hay ahora en la red nos han hecho cambiar ciertos puntos de vista. A mi también, y ya lo sabes, por cosas que tambien tenía en cartera y he publicado. Pero seguro que cuando por fin encontrste esas sendas comprendistes tambien los míos de aquel momento … La satisfacción de encontrar esos caminos por uno mismo sin apenas tener referencias es grande, muy grande, y merece la pena dejar algunos reincones parta experimentar esas sensaciones. Tu mismo lo dices al final de tu reportaje. «Estoy contento porque he encajado algunas de las piezas del puzzle que
me faltaban por completar. Menos mal que todavía tengo pendientes otras
muchas para seguir disfrutando.»
Un abrazo.
Magníficas las fotos. Por cierto, creo que la foto des esas piedras en una artesa que pones «colección de yesos». Es sal, de esa que se echa a las cabras, para equilibrar su alimentación, sobre todo en primavera que la hierba está tierna, los rios van más cargados, y el agua tiene menos sales.
Jejeje… estaba sacando telarañas este reportaje pero al final ha salido. La mención es lo mínimo que puedo hacer por los datos que me has aportado en varias ocasiones. En relación al tema publicar/divulgar/silenciar ya sabes que mi opinión es algo diferente a la tuya pero también me gusta ser muy prudente en determinadas cosas.
Finalmente te garantizo que sí viví jornadas aventureras descubriendo estas sendas. Acuérdate de los correos que me enviabas con informaciones difuminadas por decirlo de alguna manera, jejeje… Me costó varias expediciones descubrir esta senda y algunas otras, pero es cierto que ha merecido la pena.
Un abrazo y gracias por el dato de la artesa. También me lo han confirmado por otra parte gente de Santiago.
Gracias Luiso por compartir la ruta, esta circular la tengo pendiente y pronto puede que la haga pero creo que esa senda que baja desde el collao de Linarejos no solo está perdida en tramos si no que además está peligrosa. También me gustaría visitar La Cueva del Torno y no doy con información. Gracias y saludos….
Pedro, la cueva del Torno, tiene difícil acceso. Desde donde vadeó Luiso el Aguamulas queda bastante cerca, pero hay un trozo bastante malo, pequeño pero malo. El río se llevó el camino y está difícil de pasar. Entrando por abajo, por el puente de palos por donde cruzó Luiso a la ida es más largo pero el camino está mejor. Solo que no hay que perderlo. Si quieres detalles escríbeme.
Mil Gracias Luis…..
Bueno Pedro, ya has visto que Luis te ha contestado con el tema de la cueva. En relación a la senda, no la veo peligrosa… apenas salva sitios con caída y siempre discurre por laderas en las que tú pasas sobrado sin problemas. Para mi gusto, la mayor dificultad es la orientación ya que es una senda muy perdida, pero últimamente tengo constancia de que hay personal pasando por allí, así que debe estar más pisada. Además llevas el track 😉
Hola, gracias por la info de nuevo, en cuanto a Luis es un crack y se agradece y me siento afortunado de contar con vuestra ayuda y de algunos mas que creo sois de los que mejor conoceis la sierra, no se en realidad como estará el camino pero la ultima vez que pasó alguien por ahi y fue hace poco catalogaron varios pasos por la zona del barranco de Las Charcas como muy peligrosos, en fin, para cada cual la dificultad tiene un grado o quizás el camino haya empeorado por desprendimientos, un saludo y a ver si coincidimos…..