Desde Riópar buscamos el Puerto del Arenal por pistas solitarias. Una vez allí remontamos para ganar las alturas del Calar del Mundo y descansar en el Pozo de la Bomba, junto a la Fuente del Espino.
ficha

sierra del Segura
marzo de 2010
8 h
21 km
800 m
anticiclón, estable
recorrido por pistas hasta el Puerto del Arenal; luego tomamos una senda muy marcada hasta el mirador de los Chorros y, finalmente, una vereda algo difusa hacia el Pozo de la Bomba
croquis todavía no disponible
track todavía no disponible

El segundo día siempre es el peor. Todavía no has bajado el peso de la mochila porque guardas mucha comida para el futuro, todavía están tiernos los hombros porque no se han acostumbrado a llevar el armario a cuestas y todavía no tiene el cuerpo asimilado que el descanso ha de ser sobre el suelo y no sobre un colchón. Por estos motivos, el segundo día siempre es el peor.

El camping de Riópar está solitario. La otra tienda que nos acompañaba se ha ido y eso que apenas son las 9 y pico de la mañana. ¿Las 9? No señor, no. Son las 10 porque anoche nos birlaron una hora por adelantar los relojes así que hoy, domingo de Ramos, vamos a empezar a andar a la respetable hora de las 11h30m.

Los dueños del camping se portan estupendamente y nos traen pan de Riópar pueblo ya que a nosotros nos pilla bastante a desmano. Salimos del camping y tomamos una pista que asciende hacia el campamento de San Juan. Aunque nos encontramos con varios vallados es fácil escaquearse hacia sendas menos marcadas o carriles que buscan el río. Así pues, seguimos ganando metros con la fácil orientación de la cumbre del Padroncillo y sus antenas.

Hoy hace mucho calor en comparación con ayer, el día está blanquecino de brumas y apenas sopla una leve brisa de Levante. En el campamento de San Juan saludamos a unos chicos de Madrid y subimos por un carril que asciende hacia el Puerto del Arenal. Nos cruzamos con unos guiris alemanes, les explicamos algo las distintas opciones que tienen por aquí y aprendemos botánica gracias al sendero que han habilitado con carteles para las plantas.

Bastante calor para la hora y la época

En mi mapa del ejército la llegada al Puerto del Arenal nos iba a suponer, en teoría, una hora y media como mucho1Esto mío es un defecto genético: tengo una apreciación distorsionada del espacio-tiempo en los mapas que me lleva a cometer errores de gran calibre. El caso es que no sé cómo ni por qué pero se nos hace casi la hora de comer cuando cruzamos la carretera que une Riópar con Siles. En el estanque redondo nos apalancamos y nos hacemos unas catalanas viendo la humanidad y sus extrañas costumbres. Es éste un sitio concurrido en el que te encuentras con especímenes de todo tipo: moteros coloridos con chupas de cuero y deportivas de 1000cc, grandes 4×4 con familias repletas ávidas de sus metros de césped y naturaleza, jipilonguis de furgoneta con sus perros y bicicletas, guiris de paises norteños buscando la esencia hispana y otras muchas subespecies del género homo turistensis.

Nos llama la atención la actitud del típico panzón de 4×42De nuevo, otra generalización por la que pido disculpas anticipadas: a mí también me gustaría tener un 4×4 para hacer algunas cosas, pero no todo está justificado que, con tal de no tener que andar más de un metro con la paellera, sube el coche hasta pendientes imposibles rajando la hierba para, desde su asiento en una roca, disponer de la bombona de butano, las cervezas, la música y las patatas fritas sin dar un paso de más. Lourdes y yo disfrutamos de este espectáculo mientras nos vamos haciendo a la idea de que ahora viene el subidón hacia el Calar, y encima con esta calufa.

Entrando en la Cañada de los Mojones

En fin, nos despedimos de la humanidad, Moss triunfa entre las niñas y las quinceañeras acaparando las palmadas y los ánimos y acometemos la ascensión hacia el mirador de los Chorros entre las curiosas miradas de la gente que se pregunta: ¿ande coño va esta gente con el piano a las costillas?

¿Qué a dónde vamos? Pues, en principio, a cruzar al valle del Tus por lo alto del Calar.

La ascensión la tenemos reciente pues por aquí descendimos la semana pasada en nuestra circular a los Chorros pero hoy todo tiene un aspecto distinto: la luz, el sol, el aire tibio, el horizonte… y los armarios. Es lo que tiene la poesía gravitatoria: hablar de cosas bonitas, endulzarlas, cantar a la vida mientras la gravedad actúa implacable contra la espalda forzando los muslos a ganar metros de potencial uno tras otro.

La vida se abre paso en las alturas del Calar

Llegamos al mirador y nos cruzamos con una única pareja. Nos asomamos a los Chorros, vemos el párking repleto hasta la bandera y descansamos unos minutos. Son las cuatro de la tarde, hace calor, el cielo está plano y vamos torrados hasta los ojos. Continuamos la ascensión, ganamos la cota máxima y descendemos suavemente hacia el pozo de la Bomba.

Llegamos al filo de las cinco de la tarde. El fondo del poljé está tapizado por la hierba y dividido por el curso de las aguas que manan espontáneamente de la Fuente del Espino, una surgencia cuyo sumidero está también aquí mismo, junto a nuestros pies. Ya no sopla el viento y un caballo pasta mansamente junto a un roble que sueña esperando la primavera del Calar.

Esto es demasiada tentación.

Hablo con Lourdes, le planteo la opción de hacer noche en este lugar extraordinario. Total, son las cinco, tardaremos un par de horas en bajar al Tus y creo recordar que no hay buenas zonas de acampada en el valle, salvo que forcemos la noche en el camping que está bastante abajo, pegado al río. Entre la incertidumbre de una noche bajo las zarzas en cualquier talud olvidado y la certeza de este paraíso terrenal es fácil tomar la decisión. Antes de que se pronuncie me estoy descolgando la mochila y sacando el doble techo. Primera alteración de planes que no nos duele: lo hacemos porque queremos.

Un entorno espectacular para pasar la noche

La tarde se va venciendo. Lourdes saca mi libro de Demian3Lecturas de juventud muy socorridas para este tipo de situaciones y yo me doy un paseo. Asciendo buscando el paso hacia el río Tus pues sólo lo he transitado una vez y prefiero asegurarlo para mañana. Después de media hora oliendo sendas me asomo a la cuesta de las Peladillas4El nombre le viene, creo, de que pintaban las piedras con colores para orientar a los pastores que suben al Calar en la caída hacia el Hueco de Tus y compruebo que todo sigue en su sitio después de los 14 años sin pasar por aquí. Bien.

Regreso a nuestro hogar de esta noche. Cada vez hace más frío. Montamos el chiringuito y me lavo en el sumidero antes de que el frío apriete más. Cenamos crema de champiñones, embutido y chocolates y enseguida a los sacos. Moss no descansa mucho, entre el caballo y los ciervos está súper atento a todo lo que se mueve y se pasará mucho más tiempo rondando las proximidades que bajo el ábside. Es joven y tiene energía para derrochar.

Antes de cerrar las puertas de casa echo una última mirada al cielo que aquí es espectacular. La luna empieza a asomar sobre las laderas que conforman el pico Argel. Esperemos que mañana haga un buen día para seguir disfrutando. Esperemos.

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capítulos de este viaje


José Antonio Pastor González


Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.

Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.

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