datos

Distancia: 9’6 kilómetros
Duración: 6 horas
Desnivel: 810 metros
Tipo de marcha: circular
Dificultad: media
Tipo de camino: carril y monte a través
Agua potable: no
Época recomendada: todas
Sugerencias: si se hace en verano, mejor madrugar
Cartografía:
Track: descargar aquí desde wikiloc



intro

Interesante travesía circular por la vertiente norte de la Sierra de las Cabras, máxima altura de la provincia de Albacete. Se trata de una actividad ideal para los meses fríos en los que es frecuente encontrar la zona de cumbres con abundante nieve. El primer tramo consiste en aproximarnos por un amplio carril a la base de la cara norte. A continuación, accedemos hasta la divisoria por el lecho de un barranco hasta que alcanzamos un marcado collado.

Desde ahí giramos hacia poniente y siguiendo la línea de vertientes haremos la cima de las Cabras para continuar hacia el Cagasebo, una cumbre secundaria pero que tiene estupendas panorámicas de la Sagra, la Guillimona y los llanos cerealistas de Almaciles y la Puebla. Finalmente, se desciende por la cresta evitando en el último momento una compleja zona rocosa.


reseña

Para acceder al inicio de la excursión debemos llegar a la aldea de Cañadas de Abajo. Si venimos desde Murcia hay que dirigirse a Cañada de la Cruz, cruzar el caserío y nada más salir de éste por la carretera de Puerto Alto y la Rogativa encontraremos un desvío asfaltado a la izquierda que se dirige hacia la Fuente de la Carrasca. Lo cogemos y avanzamos por dicha carretera que va rodeando las sierras del Taibilla y las Cabras en sentido horario. Tras pasar por los cortijos de la Hoya del Espino de Arriba y de Abajo llegaremos al núcleo de las Cañadas de Abajo. Continuamos un kilómetro y medio y cogemos una pista amplia de tierra a la derecha que asciende durante dos kilómetros hasta un collado (cruce en aspa, 1616 metros).

La otra localidad de referencia es Nerpio. Si venimos por ella deberemos continuar hacia Pedro Andrés para coger la carretera que asciende hacia Huebras y el Puerto del Pinar. Después de dos kilómetros encontraremos un cruce en Y y tomaremos hacia la izquierda por la carretera que sube hacia la Fuente de la Carrasca. Un kilómetro y medio antes de llegar a Cañadas de Abajo tomaremos la pista mencionada de tierra aunque en este caso girando a la izquierda.

Ahí está el mismo pino

Comenzamos a caminar por la pista hacia el sur en leve descenso. Nos estamos adentrando en la vertiente norte de la sierra de las Cabras. Encima de nosotros tendremos la imponente fachada rocosa de esta sierra que intimida y que, en los meses de invierno, suele conservar extensos neveros durante gran parte de la temporada.

Atravesaremos un área recreativa donde han habilitado unas mesas y cruzaremos por el fondo de un barranco hasta que nos encontramos una primera bifurcación. A la izquierda la pista continua a media ladera hacia la cara norte de la sierra del Taibilla donde finaliza. Nosotros giramos a la derecha en progresivo ascenso. Encontraremos un carril que sale a la derecha y que desechamos hasta que el carril desemboca en el lecho de un barranco. En lugar de cruzarlo nos adentramos hacia la vaguada y vamos ascendiendo ya sin camino por donde buenamente podamos. El terreno es sencillo y únicamente nos tendremos que salir del eje del barranco al encontrar algunos diques de contención que han sido construidos para evitar el aterramiento del embalse del Taibilla.

Isa casi arriba. Detrás se aprecian las cimas de los Cacarines

La ascensión ahora se pone divertida y bonita entre pinos, rocas y la mirada de los dos miles de la sierra del Taibilla. Así, con las pulsaciones a tope y acalorados alcanzamos un collado de 1890 metros que separa la sierra de las Cabras y la sierra del Taibilla. En este punto deberemos saltar un cercado cinegético y remontamos hacia el oeste por terreno sencillo hasta alcanzar una altiplanicie de soberbias dimensiones con unas panorámicas casi infinitas.

Caminaremos en dirección oeste por terreno cómodo teniendo como referencia la zona más alta de la Sierra de las Cabras hasta que encontramos un abrupto descenso de algunos metros que desemboca en un collado. La bajada requiere utilizar las manos — paso de I — aunque no reviste dificultad ni peligro alguno salvo la lógica precaución por no arrojar ninguna piedra a los que tenemos debajo.

Últimas luces de la tarde

Desde el collado en que nos encontramos seguimos en la misma dirección y remontamos entre pinos hacia el vértice geodésico. Una vez allí apreciaremos que, al sur, hay una cota de mayor altura que es verdaderamente la cima de la sierra. Los montañeros pueden acercarse a la máxima elevación que supera en cinco metros al vértice para totalizar 2.084 metros y que se alcanza sin problema alguno caminando por terreno quebrado de lapiaces y grietas.

A continuación enfilamos nuestros pasos hacia la divisoria que va haciendo un arco primero hacia el oeste y luego hacia el noroeste. Los primeros metros presentan escalones y resaltos de diversa altura que son fácilmente evitables existiendo escaqueos en los costados. Como la divisoria es incómoda para caminar puede resultar conveniente transitar por la ladera sur con buenas vistas de la Guillimona, Sierra Seca y la omnipresente Sagra.

Tras rodear la Piedra de la Lobera por el sur remontamos buscando la cumbre secundaria del Cagasebo de 2.044 metros, un mirador excepcional donde culmina la divisoria y salen varios espolones secundarios por los que podemos descender. Para ello elegimos el que cae hacia el Norte hacia el collado donde hemos dejado los vehículos que son perfectamente visibles desde aquí.

El espolón es cómodo y en los lugares más abruptos siempre es posible buscar alternativas por el oeste. En la parte final encontraremos un castillo de roca infranqueable que nos obligará a descender por la ladera que mira a poniente. Finalmente, tras unas terrazas de pinos y tierras blandas llegaremos al punto de partida.


Cuencas atrapadas

Como otras muchas sierras del entorno, la sierra de las Cabras presenta una vertiente norte que drena aguas a la cuenca del Segura mientras que la sur se comporta de manera distinta. En este caso, la ladera sur de las Cabras conforma una cuenca endorreica con distintas ramblas como la de Almaciles, la del Entredicho, o la de Puerto Alto. Así, las aguas vertientes quedan confinadas en un espacio cerrado a medio camino entre las cuencas del Segura (este) y el Guadalquivir (oeste). Por cuestiones administrativas, es la confederación hidrográfica del Guadalquivir la que gestiona estas aguas superficiales. Esto no supone problema alguno ya que la cantidad es bien pequeña. No obstante, el mismo problema se da para los recursos subterráneos: ¿qué acuíferos pertenecen a una cuenca y a la otra? Como la naturaleza no entiende de límites administrativos la ley de Aguas mejoró esta situación y consolidó la figura de «acuífero compartido» para determinar aquellas masas de agua subterráneas que no podían ubicarse en una cuenca concreta.


notas

  • Estamos en la zona más alta de la cuenca del Segura con un marcado clima continental. Prever este extremo cuando nos acerquemos en invierno para realizar esta excursión. No es frecuente, pero podría ocurrir que la nieve de la cara norte esté dura en cuyo caso se recomienda portar el material adecuado y saber utilizarlo.
  • Para los montañeros hambrientos es interesante efectuar las ascensiones de las cumbres más orientales de la sierra del Taibilla utilizando la misma aproximación que hemos presentado aquí.
  • Existe la posibilidad de efectuar una ambiciosa travesía circular partiendo de Pedro Andrés, remontando por la Solana de las Covachas, el Prado de las Yeguas y coronar sucesivamente todos los dos miles de la divisoria para regresar por el itinerario que estamos aquí proponiendo. Se trataría de una actividad de más 12 horas de pateo continuo sólo apta para montañeros muy entrenados.

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