Los que llevamos algún tiempo en esto de la montaña recordamos con cariño los libros de Carlos que salieron a finales de los 90 publicados por Desnivel. Estos libros se agotaron en apenas un par de años y jamás se volvieron a editar.
Si nos ponemos en situación, en el año 1998 que es cuando sale el segundo de los volúmenes, una gran parte de las rutas que a día de hoy son famosas y clásicas en aquel entonces eran por completo desconocidas para el gran público. Únicamente los locales y unos pocos curiosos aventureros habían recorrido caminos como, por poner algunos ejemplos, el bosque vertical1Topónimo adquirido a raíz del libro, por cierto. de la Sagra, la ascensión a las Empanadas por el barranco de Túnez y el cortijo del Maestrillo, la travesía de las Banderillas por el Aguasmulas y el Borosa, la integral de la cordillera de los Agrios, el paso del río Barrancón entre Bacares y los Carreños y muchas otras más en Sierra Nevada, Tejeda, Gádor y Mágina.
Los libros de Carlos fueron un compendio de todas estas rutas y otras muchas. En su elaboración el autor viajó a las diferentes sierras y pasó allí largas temporadas. Contactó con los habitantes de la zona – principalmente pastores y forestales. También con agencias ambientales, ayuntamientos y con entidades turísticas a las que solicitó información, publicaciones y catálogos. Finalmente exploró de forma exhaustiva prácticamente todas las posibilidades de cada macizo.
El criterio escogido por Carlos para cribar las montañas del sur que aparecen en sus libros fue el de la altura. Pese a ser necesario definir unos límites, en mi opinión este filtro cuantitativo no era el ideal pues dejaba fuera lugares y sierras tan representativas de las Béticas como las de Cádiz, Alicante y toda la zona de los Calares de Albacete. (Esta opinión se la he transmitido a Carlos algunas veces hablando sobre el tema. Él argumenta, con bastante razón, que tenía que precisar de alguna forma los límites del trabajo.)
Las reseñas escritas por Carlos en su libro están hechas con todo detalle dentro de las limitaciones inherentes a una época en la que no existía el uso generalizado del sistema GPS y calcular distancias y desniveles era pura artesanía. En consecuencia, el éxito requería de un lector atento, experimentado y con ganas de aventura. Me recuerdo en aquellos tiempos tomando notas en una cuartilla de la excursión a realizar: los puntos delicados, los lugares conflictivos, los desvíos, los tiempos, etc. Dibujaba un croquis a mano alzada de la actividad y lo guardaba en un plástico. A él me encomendaba en travesías de varias jornadas con mucha incertidumbre. Ya saldríamos por un sitio o por otro.
En estos tiempos de internet, de wikiloc, de GPS y de salir a la montaña con la cabeza agachada en el aparatito sin saber distinguir un collado de un espolón, compruebo como estas herramientas han abierto al gran público lugares antes muy inaccesibles y recónditos. El compromiso era bien distinto entonces. Páginas web como esta que visitáis también han contribuído a bajar el listón. Es una de las contradicciones permanentes en las que vivo.
Los libros de Carlos no se volvieron a editar por la política conservadora de Desnivel que viró a objetivos más modestos con el cambio de centuria. Se acabó la publicación de grandes volúmenes de tapa dura al estilo Luces de Montaña de Galen Rowell o Montañero de Chris Bonnington por poner un par de ejemplos. Desnivel cambió el formato de sus guías a libros de bolsillo, más concisos, menos exhaustivos, más comerciales, más sencillos y así ha continuado hasta hoy en una estrategia que no sé si le reportará un futuro mejor al que le esperaría si hubiera seguido apostando fuerte por la calidad y las ediciones ambiciosas.
Tampoco se han vuelto a editar, y esto es una opinión personal pero bien fundamentada en propias experiencias editoriales, porque los libros de Carlos tratan de las montañas del sur. Eso, en un colectivo montañero a nivel nacional que, en términos generales, sólo mira de Madrid para arriba, es un hándicap complicado de superar. (Hasta bien poco en los informativos del Tiempo de RTVE no se hablaba nunca de las Béticas y se decía: sierras orientales de Andalucía. En la AEMET la predicción por zonas de montaña incluye únicamente Sierra Nevada y deja fuera otros cordales como Baza, Filabres, la Sagra, Segura y Cazorla en agravio comparativo con otros macizos que sí son considerados como todos los de la Ibérica, la Cantábrica y Pirineos. Son sólo algunos pequeños detalles que reflejan el olvido general acerca de las mayores alturas de la península que se encuentran en el sur.)
Es una pena que las nuevas hornadas de montañeros no puedan acceder a estos volúmenes. Toda una generación nos hemos criado leyendo estos libros, nos han servido de inspiración, hemos soñado con completar todas las actividades y visitar las sierras que pillaban más lejos de casa. Siempre han sido un estímulo con sus fotografías y sus aseveraciones.2Cuando sólo una minoría utilizaba material de invierno, en las rutas del libro se hablaba de crampones y piolet y eso suponía un aliciente y un paso enorme. Recuerdo con especial cariño la fotografía que le hizo Carlos a José Antonio Navarro en el espinazo del Picón del Guante y que está en la página 75 del volumen II. Desde que la vi tuve claro que quería subirme a esa montaña. Tan grande fue el deseo que la imagen de esta significada cumbre de los Agrios fue el logo de esta web durante muchos años.
Mi ser montañero y mi devoción por las montañas del sur se ha nutrido directamente de los libros de Carlos al que le estaré eternamente agradecido por su esfuerzo y su dedicación cuando escribió estos dos volúmenes. También, por supuesto, por las cosas que me ha enseñado a nivel personal en las muchas jornadas que hemos compartido en la montaña. Sirva, pues, esta pequeña entrada en la web como homenaje a su labor. Muchas gracias Carlos.

José Antonio Pastor González
Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.
Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.
Me alegro que el mejor blog de España sobre montañismo dedique una entrada a las dos mejores guias de montaña publicadas en nuestro país sobre las sierras del Sur. Como escritor de guías de montaña, cuando tuve en mis manos por primera vez ambos libros de Juan Carlos quedé boquiabierto por el enorme trabajo de campo y de documentación que tuvo que realizar. También quedé impresionado por la brutal cantidad de rutas inéditas recopiladas. Nunca unos libros me han ocasionado tanta ilusión. Antes de su publicación, muchas de sus rutas ya las había recorrido al mas puro estilo aventurero por la falta de información y fue todo un placer leer esos recorridos desconocidos por muchos y tan familiares para mí. Lo que nunca comprendí es el porque no se realizó ninguna otra edición aunque fuera con otra editorial. Que lástima que estas joyas literarias, con el enorme trabajo realizado, dejaran de existir tan rápidamente. No pierdo la esperanza de que aparezca un día una nueva edición, pero por favor que sea a color, esos libros merecen una edición de gran formato y a color. Enhorabuena al blog y a Juan Carlos
Muy buenas, Richard.
Mil gracias por tu comentario y te pido disculpas por la tardanza en contestar. Hemos estado fuera de casa muchas semanas y el verano es mala época para estar conectados, al menos en mi caso.
Efectivamente, los libros de Carlos han supuesto un antes y un después en el montañismo del sur de la península. Todos nos hemos enriquecido con sus múltiples propuestas y hemos aprendido a disfrutar con todo tipo de cumbres: desde las más famosas hasta las más recónditas y humildes. Carlos logró poner en valor y poner de moda muchos sitios que apenas eran visitados. Para bien y para mal, aunque pienso que sobre todo para bien.
A mí también me encantaría una edición moderna, actual y a color de los libros. Lamentablemente, no creo que Desnivel tenga pulmón financiero para algo así. El mercado editorial está en crisis desde hace muchos años y únicamente se publican libros «seguros», con poco contenido y para público muy amplio. Por fortuna, tenemos internet y aquí se puede encontrar prácticamente de todo. Eso sí, como el papel y el libro físico no hay nada.
En fin. Te agradezco de nuevo tu comentario, tus palabras hacia el blog y espero que tengamos ocasión de coincidir alguna vez. Yo también sigo tu trabajo y tus publicaciones por Cartagena, una zona en la que tengo muchas aventuras pendientes. Un abrazo!!!
Aunque he llegado muy tarde a esta entrada, no puedo dejar unirme a este pequeño homenaje a esos dos maravillosos volúmenes de «Excursiones por el Sur de España». En primer lugar mi agradecimiento a Carlos por las innumerables horas de gozo que he recibido de sus libros, tanto directamente durante su lectura como posteriormente en el monte, siguiendo sus ascensiones y maravillosas travesías integrales con mis compañeros de aventuras, Conde y Juanmi.
Ojear los libros es una invitación a soñar, a descubrir un Sur distinto, auténtico y salvaje, más allá de los hoteles y playas llenas de turistas. Casi todo el mundo que conozco con una mínima inquietud por recorrer senderos y subir cumbres tiene estos dos libros, uno, o al menos ha escuchado hablar de ellos; se han ganado un pequeño estatus de culto entre los montañeros del Sur.
Evidentemente también tienen sus imperfecciones, empezando por el propio título que induce a engaño (¿excursiones? más bien guía montañera ), los itinerarios, en algunos casos innecesariamente complicados, y los horarios, imposibles para montañeros con una forma «normal». ¿Obsesión por las ascensiones a cumbres? Posiblemente sí, pero esa es la esencia del montañismo. Es un error perdonable, y más teniendo en cuenta que, como ha comentado el propio Carlos, la red de senderos en aquel momento era muy limitada, con lo que las opciones más interesantes en cada macizo eran las ascensiones a las cumbres más relevantes.
Verdaderamente es una pena que estos libros sean ya imposibles de conseguir porque no hay nada parecido, tan exhaustivo y ambicioso. Como bien ha dicho Jose en la entrada, es una pena que se prive a las nuevas generaciones de montañeros del Sur de esta joya.
Poco puedo añadir a tu impecable comentario Antonio. Muchísimas gracias por tu participación, perdona la tardanza en contestar y espero volver a verte por aquí.
Un saludo y hasta pronto.
Agradezco sinceramente los comentarios recogidos pues sé del valor montañero de la gente que está detrás de ellos. Y agradezco mucho que se acuerden de aquellos libros, ya antiguos, en este excelente blog vivo sobre nuestras amadas Béticas. Ahora confieso: no haría nunca un libro como en aquel tiempo lo hice. Era demasiado extenso, complejo y demasiado marcado por la necesidad de subir siempre a las cumbres. Existía poca información y todavía no había nacido la extensa red de senderos que ha venido y sigue surgiendo cada nuevo año. Esta red entonces no estaba disponible ni se conocían la mayoría de ellos y hoy sugieren muchas mejoras en los recorridos que elegí.
Lo que sí puedo constatar es que cuando empecé a subir cumbres y tomar notas no encontré ningún listado o catálogo posible que indicara desde una perspectiva montañera cuantos “dos miles” o “tres miles” existían, pese a que visité muchos clubes y las tres Federaciones implicadas. Eso ya poco importa pues los tiempos nuevos todo lo devoran. El caso es que esta llamada de José Antonio Pastor me ha removido las entrañas hasta rememorar el tiempo transcurrido y, quizás lo que fue mi mayor error, ha venido haciendo feliz a muchas personas que se han motivado a recorrer pacientemente las máximas alturas Béticas para completar todas sus cumbres de dos y tres mil metros. Si además lo han gozado, como me consta, respetando los límites naturales desde los piedemontes de las montañas, me alegro de haberme equivocado.
Como quiera que la mayoría de actuales lectoras de las redes sociales, me temo que no tenga a mano, los libros de los que hablas en tu blog, me atrevo, si tú lo consideras, entrañable amigo, a trascribir para tu portal, el texto original que aparece en la primera página de los libros que citas, tal y como fue:
Sin más un afectuoso abrazo amigo, compañero y ahora maestro que cada nuevo día nos haces soñar con tu ventana abierta a las maravillas de la Bética.
Muchísimas gracias Carlos por tu generoso comentario. Tiene mucho más valor en sí que el artículo que yo he escrito 🙂
Tus libros son la biblia del sur. Por supuesto que ahora los harías de otro modo. Siempre hay cosas que cambiar y mejorar. Pero son la referencia más precisa y completa de las montañas del sur. De ellos hemos bebido todos los montañeros y nos hemos inspirado para crecer subiendo a las cumbres más altas de la Bética. Siempre vamos a reconocerlo y por ello siempre te vamos a estar agradecidos.
Un fuerte abrazo amigo y mil gracias por tus palabras. Pero el maestro maestro eres tú 😀
En efecto, suscribo por completo todo lo que comentas Jose (sin el acento, que es como yo lo pronuncio :-). Cuando lees y, lo que es más importante, usas esos libros de Carlos te das cuenta del enorme trabajo de recopilación y horas de calcetín que llevan, pero, sobre todo, del pedazo de montañero que está detrás de esas páginas. Una lástima que no estén ya a la venta esos libros que son todo un referente montañero de estas tierras sureñas.
Gracias Félix por comentar. Los libros son una joya y conforme vaya pasando el tiempo lo serán todavía más. Yo me entretengo con ellos simplemente leyendo rutas que posiblemente no pueda recorrer nunca porque se necesita toda una vida para hacerlas y yo ya he gastado media 🙂
Carlos ha hecho cosas bestiales aquí en la Bética: esas pijás de subir montañas en travesía son únicas y posiblemente nunca se repitan. Un montañero inigualable.
Por cierto: es Jose sin tilde. Bien visto 😉