montañas del norte de burgos, las merindades
finales de agosto de 2010
19 kilómetros
750 metros
6 horas y media
nubes bajas, niebla, llovizna, fresco
recorrido: ver la ruta en wikiloc
Sacamos la cabeza de la tienda y se presenta un día con nubes muy bajas y bastante fresco.
Desayunamos en el parque de anoche que ahora está solitario y gris y recogemos para encaminarnos hacia el Almiñé, un pueblito precioso donde comienza la calzada del puerto de la Mazorra.
La subida se hace amena por lo bonito del camino: basta dejarse llevar por la espléndida calzada de piedra que remonta hasta los 1000 metros de altura encajonada en una breve vaguada.
Así, pasito a pasito, alcanzamos la ermita de lo alto del puerto — esto también es camino de peregrinos hacia Santiago — donde nos caen unas gotas y hace frío.



Desde la ermita cogemos un carril amplio y blanco, cruzamos la carretera principal y enganchamos otra secundaria que nos lleva hasta Dobro por caminos de herradura. Vamos justos de comida y nos interesa encontrar algún sitio para comprar. Cuando estamos entrando en las calles de Dobro se oye el pito del panadero. ¡El panadero, el panadero! le digo a Lourdes todo cardíaco. Apretamos el paso y en una de las calles vemos la furgoneta que está arrancando. Antes de que nos de tiempo la vemos alejarse echando humo por el tubo de escape. En esas que yo echo a correr detrás de ella con la mochila dándome golpes y pegando gritos: ¡pare, pare!



En unos segundos me pasan por la cabeza todos los elementos apetecibles de la tradicional repostería castellana que quizás no tenga el placer de disfrutar: hojaldres, mantecas, magdalenas y galletas. Segundos eternos mientras esprinto calle abajo, Moss ladra entre mis piernas y las abuelas, con el corazón a 40 pulsaciones, se asoman por las puertas a decirme: no corras, que para más abajo otra vez. Pero yo no lo oigo y sólo cuando el panadero se detiene, efectivamente, puedo yo también hacer lo mismo jadeando como un poseso.




Al rato llega ya Lourdes y compro un bizcocho de chocolate y una bolsa de galletas, así como un pan de medio kilo de esos cascúo, que dirían en mi pueblo. Nos sentamos en la plaza de Dobro y, observados por la chiquillería, nos zampamos el bizcocho y un poco de pan con embutido. Terminamos lavándonos los dientes en la fuente y retomamos nuestro
camino felices y plenos a la vez que las nubes se abren y asoman los primeros rayos tímidos del sol de mediodía.


Tras salir de Dobro cogemos un carril que avanza en paralelo a la carretera de Ahedo de Butrón, precioso pueblo encajado en un valle abrupto y cerrado en el que nos detenemos a descansar y a comer. Metidos en el pórtico de la iglesia incluso nos da tiempo a echar nuestra ya clásica siesta burgalesa.



La salida del pueblo es por una senda preciosa que pierde metros de forma vertiginosa hacia el río Ebro. Nos rodean bosquetes de hayas y robles alternados con cuidadas huertas. Tras un recodo del camino se nos aparece Tudanca, un pueblo en un lugar increíble, encajonado entre altas paredes y con el río Ebro como fiel compañero. Preguntamos por un sitio para pasar la noche y nos hablan de una campa tranquila junto al río. Cruzamos un puente de piedra y, efectivamente, nos encontramos con el enclave más bonito de cuantos hemos estado para hacer noche. Me encanta que los planes salgan bien.

José Antonio Pastor González
Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.
Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.
Nada María Del Mar… no te preocupes que enseguida tenemos aquí el verano y muchos días seguidos para hacer proyectos, viajar, ver mundo a la velocidad del alpargate (que es la mejor velocidad) y disfrutar del sol. Muchas gracias a ti por tu comentario y por participar 🙂
Otra preciosa ruta para recordar… casi me ha parecido estar recorriendo con vosotros esos maravillosos paisajes gracias a tu manera de relatarla… simplemente espectacular!!! Y la habitación… con todas las estrellas… qué lujo!!! A mí también me han entrado unas ganas locas de mochilear por allí… mil gracias! 😉
Que preciosidad de recorrido Jose Antonio… el marco para pasar la noche increíble, ahí junto al río. El empedrado del camino impresionante.
Unas fotos preciosas, me gusta especialmente la de Lourdes descansando en el pórtico.
un abrazo!
Gracias Jordi
El sitio para pasar esa noche fue de ensueño 🙂
—No paras, antes de leer este nuevo post, ya he visto que has puesto el siguiente, eso esta bien, pues ya mismo tenemos la nieve, mejor dicho ayer que estuve por la zona de Castril, a lo lejos se veia ya sierra Nevada como indica su nombre, e incluso en Las empanadas y cerca del Cerro de la carrasca habia nieve o hielo.
—Menos mal que ha vuelto el protagonista Moss que cada dia sabe mas y esta mas guapo.
—Muy buena y expresiva la foto de Lourdes reposando junto a Moss en ¿el portico de la iglesia o ermita?, perdona porque mi mujer si esta a loro de eos temas pero yo soy un neofito.
—Y la foto final muy buena da la idea de tranquilidad y sosiego.
—Un abrazo
Sí que sí, ya viene la nieve Ángel, pero para que la Sierra se «cierre» todavía queda mucho y aún la podrás disfrutar bastantes semanas más 🙂
He visto las fotos de Castril… qué chula que es esa zona y qué bien se veía el embalse del Portillo… me alegro de que sigas dando caña al personal y disfrutando. Un abrazo
hola de nuevo,veo que las cosas van arreglandose en lo referente a encontrar buenos sitios, junto al rio , porticos para el relax, y como no el panaero con su clasico repique de claxon, menos mal que paro que si no te veo llegando a burgos detras suya :lol_tb: en fin bonitos lugares, :thumbup_tb: un abrazo a los tres :wink_ee:
Pues hasta Burgos hubiera llegao yo por el bizcocho de chocolate del hambre que tenía
Veo que la ruta va tocando poco a poco a su fín. Imgaino que en la tranquilidad de vuestra casa sereis un poco rumiantes y revivireis en el recuerdo todas las vivencias de esta, que imagino habrá sido una inolvidable ruta.
Se me ponen los dientes largos al ver estos magníficos reportajes. Como siempre (me estoy poniendo pesado siempre con los mismo) gracias por compartirlos.
Saludos
Pues sí que da gusto recordar estos sitios desde la tranquilidad de casa, con el cuerpo arreglao, bien limpito y descansao
Y ya en serio, una de las principales motivaciones que tengo para escribir las rutas es precisamente esa: rumiarlas y volverlas a disfrutar 🙂
Vaya lugares mas bonitos,a mi particularmente cuando por ellos brota el agua mas me gustan,por cierto veo a moss con sus alforjas como mas cargado,como con mas peso ,o me da esa impresion,¿no le estareis metiendo carga?que mal pensado soy.
Por cierto ya hemos ido dos veces Bernar y yo al calar de la mora ,y fracaso total,por una cosa o por otra nos ha sido imposible subir,hemos decidico intentarlo en primavera.Un saludo a los tres.
Hola primo. Pues sí que había agua por esos sitios, a borbotones… y eso que era lo más duro del verano!!!
Y no, no le estamos metiendo carga a Moss es cuando llegamos a pueblos con tiendas siempre le compramos comida de reserva por eso su peso fluctúa tanto 🙂
Con respecto a la Cabeza de la Mora seguirá ahí hasta la primavera… a ver si os puedo acompañar alguno de esos miércoles al sol que os pegáis :grin1_ee: