montañas del norte de burgos, las merindades
finales de agosto de 2010
24 kilómetros
850 metros
7 horas y media
sol, viento de Poniente
recorrido: ver la ruta en wikiloc
Amanece con nubes altas y viento fresco de Poniente.
Eso nos da muchas fuerzas y ánimos. Eso, y que hemos dormido en un colchón después de una semana. Hacemos un par de kilómetros por la nacional que baja hacia Oña aunque pronto la abandonamos por una senda que remonta esforzadamente hacia Tartalés de Cilla, un pueblo encajonado entre montañas cuya fuente y abrevadero suponen un descanso obligado.
A continuación, el camino se convierte en carril y va remontando entre robles buscando un collado muy próximo a las cumbres de la Sierra de la Tesla. En el puerto nos sentamos un buen rato bajo un pino e incluso notamos que estamos a punto de ponernos las chaquetas. ¡Qué alivio después de los 40 grados de ayer!



El carril ahora desciende buscando un nuevo pueblo: Tartalés de los Montes. Disfrutamos de unas llamativas nubes lenticulares que son indicio de tormentas y de rápidos y nerviosos movimientos verticales de aire en las alturas pero nada de eso parece turbar nuestro ánimo en este día azul y fresco. Es más, viendo estas nubes me acuerdo de algo que escribí hace ya mucho, mucho tiempo:
Escúchame:
¿has visto los colores de aquella nube lejana,
ésa con forma de lente alargada?
Fíjate,
fíjate bien
en esos matices rosáceos,
en los relieves grises que conforman su vientre,
en la extraña hondonada de su centro
donde confluyen
todos los vientos de las alturas.
Allá arriba me gustaría estar a mí…
¿No crees
que el mundo se verá muy bien
visto desde allí,
desde ese bolsillo de cielo?
Pero olvidémonos de la lírica y sigamos con los hechos. Desde Tartalés cogemos una estrecha carretera asfaltada que baja hacia Hoz de Valdivielso. El trazado es para equilibristas y el camino salva la brecha que da nombre al pueblo gracias a un túnel. Vemos un panel con fotos e imágenes que ilustran cómo se hacía este paso a principios del XX: a través de una precaria senda literalmente colgada de los paredones.


Mientras entramos en Hoz escuchamos en el río las carcajadas de los críos que se bañan en las pozas. Nosotros andamos con más hambre que calor así que nos sentamos en la fachada de una robusta y atractiva casona señorial para disfrutar de los bocadillos y de dos coca colas que he comprado en el bar del pueblo. Al entrar a éste para comprarlas me he sentido como en las películas del Oeste pero no hemos tenido que desenfundar ningún revólver por fortuna.
Cuando vamos por la mitad del bocata pasa lo que viene siendo habitual estos últimos días: aparece la dueña para conversar amigablemente y nos ofrece incluso una de sus habitaciones para descansar y apartarnos del calor y el ruido. Le damos las gracias y, utilizando a Moss como excusa, le comentamos que preferimos subir a descansar al pórtico de la iglesia, otro de los actos que también viene siendo ya una costumbre en este viaje.



Pero no lo decimos de farol porque nada más terminar la comida recogemos los armarios y nos encerramos tras las rejas eclesiales para así apartarnos del mundanal ruido. ¡Cuánta inspiración y recogimiento me ofrecen los muros de ésta, la casa de Dios! Así pues, nos dejamos llevar por el sueño recostados en los escalones que, en algún otro tiempo, sostuvieron el peso — y el paso — de quienes protagonizaban las escenas esenciales de sus vidas: una boda, un entierro…
Dejamos caer el sol para volver después de unas horas a la carretera principal del valle de Valdivielso hacia Puente Arenas. El GR se aparta muy pronto del asfalto y va buscando los pueblitos uno tras otro. Mención especial merece el alargado Arroyo de Valdivielso con unas casas señoriales muy cuidadas.


Antes de llegar a nuestro destino — Puente Arenas — nos desviamos a propósito para visitar la ermita de San Pedro de Tejada pero nos llevamos la desagradable sorpresa de que está completamente vallada. Es la primera que nos encontramos en estas condiciones y tenemos un pequeño encontronazo con la señora que, previo aviso y pago, la enseña.


Con este pequeño disgusto en el cuerpo entramos en Puente Arenas sin saber muy bien a qué santo encomendarnos. Preguntamos a los más ancianos del lugar — siempre suelen ser los más sabios — y nos remiten a la orilla del río. Encontramos acomodo junto al Ebro en unas campas de hierba verde y fresca y junto a un alegre parque infantil donde podremos cenar en bancos y con luz artificial. Al final vamos a tener suerte y todo.
Por la noche, mientras cocinamos, vuelve la tertulia vecinal y una señora y su marido nos dan conversación largo rato e incluso nos ofrecen dormir bajo techo en la escuela. Agradecemos el gesto pero al final nos retiramos a nuestra vieja tienda que tanto cobijo nos está dando y que ya parece nuestro hogar.

José Antonio Pastor González
Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.
Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.
En la primavera de 2011 espero perderme por el Gr-85 a lomos de mi cacharro sincrolado.
Pues ánimo con el GR… debes saber que hay zonas no ciclable y que te tocará empujar bicicleta :ohoh_ee: pero con paciencia se hacen más o menos bien.
Cuando la vayas a hacer si necesitas info ya sabes donde estamos 🙂
Hace unos meses compré un libro-guía del Gr-85 y sé el grado de ciclabilidad del recorrido, pero eso para un pistero empedernido como yo no es ningún problema, todo lo contrario, un aliciente.
Gracias por tu ofrecimiento, descuida que no cae en saco roto, antes del irme para tierras burgalesas, creo que haremos alguna ruta juntos, seguro.
A ver si consigo abducirte hacie el lado luminoso :tongue_laugh_ee: del Sincrolador y cuando mi pie vuelva a darme la oportunidad de ser un homo pilensis, nos marcamos alguna aventura.
Vaya, me ha gustao esta fase de la vida y del camino. Quizás porque es la primera vez que me «detengo» a leer con gusto y sosiego.
Elogio la decisión de escabullirse a la iglesia que tuvieron los protagonistas en cierto momento de la historia, local que en otro tiempo sostuvo el peso de quienes protagonizaban escenas esenciales de su vida.
Y Las chiquillas majísimas. Seguro que tenían un acento inquisitivo tan propio de la gente que vive apartada.
En fin, hasta una próxima ocasión, seguid investigando y disfrutando del a vida.
Gracias César por visitar y comentar
Que gran artista se está perdiendo España…. :lol_tb: La verdad es que no dejas de sorprendernos con tus multiples facetas. Esta jornada me ha encantado y me ha puesto el pelo de punta cuando he visto el perfil en wikiloc…. una verdadera etapa rompepiernas o montaña rusa, lo que tu prefieras….. :thumbup_tb: Me estan encantando estas rutas monacales… :lol_tb: Un abrazo y quedo a la espera de la próxima entrega.
Bueno, la verdad es que los perfiles son agudos de cojones… siempre subiendo o bajando, pero así se hacen más bonitas y atractivas las etapas… el llano es duro, monótono y aburrido
:rolleyes_ee: buenas de nuevo,ya veo que lo de las iglesias os ha enganchao, la verdad que estar y dormir junto a ellas le traslada a uno a esos tiempos de paz y sosiego, y lo mas importante historias de la vida misma como bien comentas en esta etapa, esta vez el protagonista ha sido esa forma de relatar que tienes, un 10 jose, :king_tb:, bueno la proxima a ver que nos depara , estamos al hilo , un saludo a los tres claramente :thumbup_tb:
La próxima ya está en la olla cocinándose… no queda ná 🙂
Demasiado!
jejeje…. ya, me imagino…. pero ya sabes, Mujer Cumbre: No Pain, No Gain!!
en cristiano viejo: ¡quien algo quiere, algo le cuesta!
No sé si envídia sana o insana lo que siento cuando veo vuestros reportajes…. si que sé que es envídia…jeje.
por lo menos en nuestro caso el peso lo lleva la burrita…. (montanbai)
saludos,
Bueno, lo lleva la burrita, pero cuando hay cuestas también hay que subirlo… o no? :tongue_wink_ee:
Abrazotes Ernest
No dejas de sorprenderme, ahora sales con que también eres poeta.
Este periplo por tierras castellanas es una gozada. Independientemente de la prosa que me encanta, estoy gozando con la fotografía, que cada día cuidas más.
Un abrazo.
Muchas gracias Paco
Pero vamos, que escribimos lo que vemos, nada más. No sé muy bien qué estilo o qué palo tocamos :rolleyes_ee: a veces sale más personal y a veces más objetivo 🙂
Me alegro de que te guste la fotografía. La verdad es que los paisajes de por allí lo ponen fácil
—En esta ruta me han quedado dos dudas.
—Una si no estaras preparando para en un futuro meterte a monje con tantas ermitas visitadas. (Mujer cumbre ten cuidado que te quedas sola) :wacko_tb:.
—La segunda ¿porque no le has dado mas protagonismo y fotografia al inigualable Moss?, :furious_tb: No seran celos….pues el chucho se lo merece …jajaja
—Un abrazo y hasta la proxima
La mujer cumbre descansaría si me metiera a monje :mrgreen_wp:
Y Moss no sale porque ya está bien de chupar tanta cámara que los demás también tenemos derecho :grin1_ee:
hola,
¿cuánto peso calculas que llavabáis en las mochilas, Luiso?
Demasiado!
ERnest, calculo que Lourdes llevaba unos 12/14 kilos. Yo podría estar en los 20 más o menos :confused_ee: