La comarca del Sobrarbe presenta rincones sorprendentes escondidos entre la sombra de las hayas y el rumor de las aguas cristalinas; en muchos de ellos el protagonista esencial es un pueblito abandonado que, lentamente, se sumerge en el olvido de las zarzas, el musgo y las primeras nieves del otoño.
En el mapa de la editorial Pirineo dedicado a la zona de Ordesa también incluyen toda la parte sur del puerto de Cotefablo y la zona conocida como la Solana, un área extensa del Sobrarbe1El Sobrarbe es posiblemente la comarca de España con mayor número de pueblos abandonados que se caracteriza por sus frondosos bosques de robles y hayas que perviven en laderas de suaves pendientes si las comparamos con la salvaje alta montaña del Pirineo axial.
Muchos de los pueblitos que aparecen en el mapa en esta zona tienen una D mayúscula en un recuadro. Como soy curioso he mirado la leyenda y resulta que D significa deshabitado.


Ha amanecido bronco el día; toda la noche de tormenta y aunque el sol quiere desgajarlas siguen las nubes embarrancadas en las ramas altas de las fagáceas. Con este panorama incierto en lo meteorológico recogemos nuestros bártulos y pensamos en hacer una excursión sencilla para aprovechar la jornada.
Yosa es uno de esos pueblos que aparecen en el mapa con la marca de la D. Caminamos desde Oto donde unos ancianos nos confirman el buen camino y nos comentan ¿veis desde aquí la torre de la iglesia? Lourdes contesta afirmativamente y yo escudriño entre la espesura para ver si la encuentro pero no hay manera.


El camino es tan delicioso que me genera sentimientos contradictorios. Nosotros lo recorremos por placer, con la mirada atenta a las orquídeas y los prados, dejándonos rozar por la hoja amable del boj, deteniéndonos en las penumbras para disfrutar del ambiente fresco y silencioso de los regatos. Es entonces cuando pensamos en aquellos que bajaban a diario a recoger del valle las cosas esenciales del devenir diario. ¿Se detendrían bajo la sombra de esta haya junto al barranco?


Antes de llegar al pueblo la senda repunta en varias revueltas esforzadas hasta llevarnos directamente a la plaza, un sencillo ensanche de apenas 30 metros cuadrados, más pequeño que muchos salones de muchas casas. Justo en el centro domina un crucero mutilado en el que ya no reina la cruz de hierro sobre la peana.
Miramos aquí y allá para calibrar el abandono, respiramos el silencio con la veneración de quien se sabe en lugar sagrado donde las más primitivas escenas de la vida han sido representadas. Sopesamos la solidez de los sillares y contemplamos la montaña y sus nieves desde el ángulo que nos ofrecen las calles. Y así, sin darnos cuenta, vagabundeamos entre zarzas y ortigas hasta arribar a la era donde el cereal era aventado por un cierzo que se colaba por la brecha de Rolando.

Finalmente, apoyamos nuestros cuerpos en la piedra y comemos tranquilos. Moss apenas se mueve y el zumbido de los insectos se adueña del horizonte sonoro. Tras el refrigerio, una breve siesta entre las duras sombras de la piedra y vuelta al valle siguiendo los pasos de quienes fueron los últimos habitantes de Yosa.
Para entretener mi cabeza mientras recorremos el camino de regreso me torturo con preguntas sin alma: ¿cuántos inviernos se sostendrá la espadaña de la iglesia? ¿Qué pasará con la fuente de la que todavía mana un hilillo de agua? ¿Podremos volver a franquear el estrecho pasillo que daba al cementerio o se habrá cerrado por las zarzas?
Y son así, desalmadas, por ser preguntas — sin respuesta — a las que no podría contestar ningún alma.
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José Antonio Pastor González
Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.
Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.
Que bien te lo montas!!!… aquí sudando la gota gorda y tu por el norte pateando Pirineo. Que bonita excursión. Los pueblos abandonados son una debilidad mía… menuda paradoja la de nuestros tiempos, pueblos abandonados y no muy lejos construyendo nuevas urbanizaciones ocupando nuevo territorio.
un abrazote a los tres
Sabía que esta entrada te iba a gustar… conozco esa debilidad tuya y la verdad es que el «paraíso» de los pueblos abandonados :ohoh_ee: es la comarca del Sobrarbe… es tremendo ver cuántos y qué bonitos son… la mismísima novela «la lluvia amarilla» de Julio Llamazares está inspirada en Ainielle que es un pequeño pueblo muy cerca de Yosa :rolleyes_ee:
Abrazotes Jordi y paciencia con la caló… antes de que te des cuenta tenemos aquí las lluvias de otoño
:clap_tb: BUENAS , QUE TAL POR HAY, ESPERO QUE FRESQUITO , POR QUE AQUI YA SABEIS LO QUE HAY , BUEN REPORTAJE COMO SIEMPRE, ESPERO QUE SIGAIS RECORRIENDO BELLOS LUGARES COMO ESTE , YO HE COGIO VACAS POR FINNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN, VOY A VER SI ME HAGO ALGUNA TRAVESIA POR SIERRA NEVADA Y EMPIEZO EL PARTICULAR CAMINO DEL SEGURA DESDE PONTONES HASTA GONTAR EN DOS JORNADAS , SALUDOS Y ABRAZOS A LOS TRESSSS :thumbup_tb:
Hola Diego :grin1_ee:
Me alegro de que ya tengas tus merecidas vacaciones ahora a disfrutar del monte y la familia, claro que sí. Espero ver muchas fotos en tu blog… ¿sierra nevada? ¿qué vas a hacer por ahí? 🙂
Un abrazo y que vaya todo muy bien
:thumbup_tb:en sierra nevada hay una travesia nocturna de la hoya de la mora a trevelez organizada por el de montaña de granada y me he alistao pa pobrar nuevas sensaciones por alla arriba, te dejo enlace del la travesia http://clubmontanagranada.blogspot.com/
—Cuanto me alegro el ver al «trio» por esas tierras de los Pirineos, buenos paisajes, buen clima y estupendo reportaje.
—Nosotros nos tenemos que conformar con buscar en estas sierras los pocos lugares que quedan con pozas y algo de fresco.
–Un abrazo
–P.d. a Moss se le nota en la cara que se lo esta pasando en grande jajaja
Vaya Ángel… yo pensaba que ibas a esperar a Agosto para volver a las andadas pero veo que no, que ya estáis dando guerra por la cerrá del Pintor :grin1_ee:
Me alegro mucho de que sigáis con tantas ganas… seguro que en Sierra Nevada disfrutas como un niño… o como Moss 🙂
Un abrazo