[Fotografías de Salvador Martínez y el autor. Vídeo de Javier Penalva]
Bueno, ya lo veis, esto ha dado un cambio radical. Podría aburriros con razones de lo más variopintas que me han llevado a modificar el aspecto de la web pero seré breve: una columna para tener más espacio, menos información esencial a la vista para no agobiar y, finalmente, un toque elegante con el degradado de arriba a abajo que me ha creado bastantes quebraderos de cabeza con el color del texto. ¿El resultado? Vosotros me diréis, pero a mí me gusta. Además, la página ahora es más rápida, se ve en pantallas de 1024 y espero — aquí se me escapa un suspiro — que en IExplorer salga algo decente. A saber…
Más cosas. El sábado pasado fuimos los croquetas para Alcoy. Hacía ya mucho que tenía ganas de viajar a estas tierras para saber por qué las béticas están tan pobladas de alicantinos y veo que no tienen motivo: allí mismo, al lado de casa, tienen sierra, pinos y ríos para hincharse. Si quisieran, podrían aburrirse de subir al Puig Campana, a la Serrella, al Cid, al Menejador, a Mariola… y no tendrían por qué estar devorando kilómetros de coche para ir a la Sagra, Segura, Cazorla y Sierra Nevada cada fin de semana. En fin, ellos sabrán, pero yo no lo entiendo.
Ya en serio, fuimos a Alcoy para conocer a Jordi, un colega virtual de internet que ahora ha pasado a ser de carne y hueso y que lleva para adelante un blog delicioso que es casi hermano de este: www.sendasdelsur.com. Encantado de haberte conocido personalmente y aprovecho para agradecerte la ruta tan chula que nos preparaste para el sábado.
Y de eso va este post, bueno, lo que queda de él. Salimos desde el mismo barrio del Batoi en Alcoy por la vía verde y muy pronto descendemos al cauce del río Polop. Pasamos por debajo del viaducto y llegamos al Racó de San Bonaventura, un sitio precioso que en otoño debe estar de cine y con una cascada que, por las últimas lluvias, desciende fuerte y generosa.
Aquí empieza lo más divertido: las cadenas para salvar las pozas y las paredes por donde se encajona el río. Nosotros las medio pasamos con más o menos soltura pero el pobre Moss que no tiene manos para agarrarse optó, después de una intentona fallida, por el camino más fácil: el del agua.
Después de las cadenas el itinerario llega al espectacular paraje dels Canalons, unos pináculos de caliza que se yerguen muchos metros sobre el río. A partir de ahí nos salimos del cauce y ascendemos hacia el santuario de la Font Roja por veredas estrechas, íntimas, cerradas entre el encinar y la niebla. Un pateo entrañable, con más de 20 kilómetros de distancia, 700 metros de subida y que nos abre muchas puertas: para seguir yendo a Levante y para continuar quedando con Jordi. Os dejo con un croquis de la ruta y un vídeo, todo ello cortesía de Javier Penalva que es un máquina recopilando información.
José Antonio Pastor González
Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.
Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.