Tengo recuerdos difusos de esta jornada, será por la lluvia fina que nos acompañó todo el día, será por el recuerdo de la caída de Javi que nos hizo avanzar a ritmo muy conservador buscando la supervivencia… o quizás sea más bien que he tenido tantos días de bici en este verano que apenas puedo distinguirlos.
Lo que sí recuerdo es que amaneció lloviendo en Lesaka y que Sixto y Miguel se acercaron a un taller de Bera para arreglar un problema mecánico. Nosotros esperamos pacientemente y se nos hacen casi las once… de nuevo vamos a partir en horario andaluz. No problemo.
De Lesaka buscamos Etxalar aunque para ahorrarnos la nacional y sus obras nos metemos por un trozo de vía verde que al final tenemos que abandonar por un terraplén para acometer la subida a Etxalar. Allí nos preparamos mentalmente para el puerto: tengo una foto de Emilio sentado en un banco con cara de aburrido pero no la saco porque está borrosa — como casi todas las fotos de este día, no ajustamos bien el ISO a unos sujetos en movimiento y con baja luz. El muchacho está deseando carnaza y claro, como vamos parándonos en todos los sitios, se desespera.
Pero todo llega y en el paso a Francia — Sixto ayúdame con el nombre del puerto — se enciende la mecha y Bartolo Piépoli, Migueli y el menda se calientan subiendo con el plato mediano los últimos kilómetros. Ya empiezan las animaladas. Y eso que habíamos quedado en regular.
El descenso nos lleva a Sare, un pueblo precioso, típico de esta zona del País Vasco francés con una arquitectura encantadora y mucho verde. Nos refugiamos en el techado que hay junto al frontón, supongo que en el mismo sitio en el que tocan las orquestas locales, y nos clavamos unos bocatas estupendos. Luego unos optamos por la siesta y otros por visitar la plaza del pueblo pero como hace fresco y no está el día para bromas retomamos pronto las burritas para dirigirnos a Zugarramurdi.
Como somos así, tan testosterona, elegimos el peor de los caminos con unas cuestas del carajo. De Zugarramurdi apenas recuerdo la entrada porque pronto giramos a la izquierda buscando la nacional en las proximidades de Urdazubi. Sixto nos previene de que queda el puerto más duro de la jornada: Otsondo nos espera por carretera nacional.
A mí la lluvia fina me sienta de maravilla y tengo muy buenas sensaciones en la subida, tanto es así que hago más de la mitad de ella a plato mediano, con buen ritmo y disfrutando de cada kilómetro. Nos reunimos arriba, justo por donde pasa un ramal del Camino de Santiago y acometemos el descenso hacia Erratzu donde vamos a recuperarnos en un cámping estupendo.
Pronto más.

José Antonio Pastor González
Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.
Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.