Por suerte, llegamos a tiempo para las uvas y con licencia para cenar sin freno. La reflexión final es esta: no nos cansamos de regresar a estas sierras de Málaga tan verticales y salvajes.
Sierra de Almijara
diciembre 2011
25 de 51 kilómetros
1100 de 4130 metros
día 3 de 3
anticiclón, despejado, frío
ver el track en wikiloc
Es el último día del año y madrugamos pues queremos llegar a casa para tomar, al menos, las uvas. Antes de que salga el sol estoy dándole el desayuno a Moss y calentando la leche mientras Lourdes dentro de la tienda recoge los sacos. Apenas media hora más tarde nos ponemos en camino por la senda tan rica que encontramos ayer y que nos provoca estupendas sensaciones. Caminamos por la umbría, a ratos con el sol de frente y en lontananza tenemos el enorme perfil de Sierra Nevada y su caída vertiginosa hacia el valle del Guadalfeo.
En un momento dado la senda está interrumpida por unos desprendimientos enormes que han roto la ladera. Buscamos la continuación de la misma enfrente pero no la vemos — el sol no nos ayuda. Cruzamos la torrentera y nos damos cuenta de que hemos perdido la autopista tan rica y cómoda que nos acercaba al puerto de la Ventosilla. Tras unos ratos dudando qué hacer preferimos remontar hasta la divisoria que seguir caminando a media ladera. Nos toca digerir el desayuno con una pendiente de roca suelta que se nos clava en el alma. En fin.
Al otro lado las montañas del Rif se destacan perfectamente sobre el azul profundo del Mediterráneo
Por fortuna, antes de alcanzar el punto más alto de la cuerda nos salimos para la izquierda y atisbamos 50 metros por debajo el collado de la Ventosilla hacia el que nos dirigimos. Ganamos vistas hacia el sur y divisamos toda la cuenca del Chíllar y la línea de costa perfectamente definida desde Torrox hasta Gibraltar. Al otro lado las montañas del Rif se destacan perfectamente sobre el azul profundo del Mediterráneo. Hoy gozamos de una visibilidad estupenda debido fundamentalmente al fuerte viento del norte que viene frío y seco. Además, al ser tan temprano, todavía el sol no ha calentado la superficie del agua levantando brumas y vapores.
Le comento a Lourdes que a partir de ahora se acabaron las sorpresas y que lo único que nos resta es sencillamente caminar, mucho caminar. Ella me mira como diciendo: ‘sí, sí, ya me conozco yo tus previsiones’. Los hechos acabarán por darle la razón y es que, hasta el rabo, todo es toro.
Estamos bastante cansados de imprevistos y embarques así que optamos por la segunda
La cuerda que remonta hacia el Navachica es muy cómoda de andar — en relación a lo que llevamos visto — y antes del mediodía estamos haciéndonos la foto en el vértice de la cumbre. El viento sigue siendo muy fuerte pero no lo llevamos mal. Le muestro a Lourdes las dos opciones que tenemos: i) descender por el barranco de los Cazadores perfilándonos primero hacia los tajos del Sol y del Almendrón y ii) hacer toda la cuerda hasta el Cielo y descender por el sendero autopista que sube desde las cuevas de Nerja.
Estamos bastante cansados de imprevistos y embarques así que optamos por la segunda. Al menos, la cuerda se ve practicable, muy larga pero practicable… y luego el descenso del Cielo está súper transitado así que no debe ser complejo. Vámonos para allá.
Aunque lo peor está por llegar: lo que antes era un cuerda sencilla y apacible empieza a complicarse con cerros intermedios poblados de una espesa vegetación…
La divisoria hace un arco primero en dirección este y luego va virando hacia el sur hasta el pico del Cielo donde finalmente se baja buscando el suroeste. La primera parte la llevamos bien pues caminamos por pequeños cerros de suave desnivel con viento del norte — pega fuerte por la izquierda y nos mantiene frescos — y además tenemos la suerte de encontrar una traza con hitos que nos ahorra un par de montículos. Bien, bien.
El lado sano de mi cabeza piensa que, si hay una traza aquí, tan arriba y tan lejos del Cielo, entonces esa traza irá a mejor y se convertirá en una confortable senda conforme vayamos acercándonos al final de la cuerda
Error.
Error. Cuando viramos hacia el sur nos ocurre que el viento deja de soplar y el sol aprieta de lo lindo. Lourdes y yo llevamos camisetas térmicas y no podemos ponernos más frescos así que nos va a tocar pasar el sarampión. Aunque lo peor está por llegar: lo que antes era un cuerda sencilla y apacible empieza a complicarse con cerros intermedios poblados de una espesa vegetación en los que el paso no está nada claro. Si vas fuerte y sobrado, si vas con mochila de día y con margen de tiempo no te complicas y le tiras por arriba a todos los montículos y ya está.
Pero nosotros ni vamos fuertes ni vamos sobrados
Pero nosotros ni vamos fuertes ni vamos sobrados; por otro lado nuestras mochilas pesan juntas más de 30 kilos y además ya está encendido el horno que va a preparar la cena de Nochevieja, un horno en una cocina a 400 kilómetros de aquí y son las 2 de la tarde. Tic, tac, tic, tac…
Una de las lecciones más importantes en montaña — como cuando juegas un partido de tenis y vas ganando — es no tener prisa. O al menos, no sentirla. Y nosotros la estamos sintiendo. Vaya que sí. Caminamos a marchas forzadas subiendo y bajando, cabalgando por la divisoria y buscando con ansia alguna referencia visual que nos explique nuestra localización en esta larga elipse que vamos trazando desde hace tres días.
Al llegar a una zona con un incendio reciente veo la silueta inconfundible de la cruz que anuncia el pico del Cielo. Calculo un kilómetro en línea recta que nos exige más de 20 minutos por un último cresterío en el que se hace preciso transitar por la misma divisoria al existir paredes a poniente. En la cumbre encontramos una familia inglesa con unos niños pequeños. Cuando veo al zagal de 2 añicos pienso para mis adentros: ‘si este niño ha llegado hasta aquí (si su padre ha sido capaz de transportarlo a las costillas) entonces la bajada debe ser sencilla’.
Así pues, Lourdes y yo nos relajamos por fin. Comemos las últimas provisiones: frutos secos, chocolate, 3 rebanadas de pan, una para cada uno y la única loncha de jamón para Moss. El pobre se nos ha colocado en la exigua sombra del geodésico y ya está durmiendo profundamente. Unos metros más abajo hay unos chavales que recogen para descender. Comenzamos el descenso con ellos primero por unos metros vertiginosos y cuando ya nos estamos distanciando van y nos gritan:
– Oye, ¿vosotros sois de montañas del sur?
Nos quedamos completamente anonadados y echamos el freno. Se acercan y nos saludan. Nos dicen que son de Granada y que han reconocido a Moss. Si es que este Moss, ya lo digo yo, tiene madera de artista y es el símbolo del blog. Bueno, nos deseamos una feliz nochevieja y nos despedimos porque nos esperan para cenar en casa. Desde aquí aprovecho para saludarlos otra vez si es que leen la entrada. El descenso es largo, empinado y se pierden muchísimos metros — más de 1300 — primero por senda confortable y después por carril.
De alguna forma, sé con certeza que pasarán las estaciones, vendrán otros tiempos y quizás no podamos seguir en la brecha a este ritmo
Nunca había visto a Lourdes correr tanto en la montaña pero es que tiene una motivación extra que le hace volar. Yo por mi parte intento cazarla en algún contraluz con el mar de fondo o las playas de Nerja pero siempre se me escapa. A las cinco de la tarde llegamos al coche que tenemos aparcado un poco más arriba de las Cuevas de Nerja. Ha sido una travesía espléndida, muy dura, comprometida y mentalmente muy exigente porque nunca nos ha dado respiro. Mis dos compañeros de viaje que son además mi familia se han portado de maravilla. De alguna forma, sé con certeza que pasarán las estaciones, vendrán otros tiempos y quizás no podamos seguir en la brecha a este ritmo. Por eso mismo, por la naturaleza inasible del presente, soy consciente de la riqueza que atesoramos las tardes en las que, como hoy, regresamos a casa con la ropa sucia, el saco húmedo, las botas manchadas de barro y la retina impregnada de la luz y el horizonte infinito de las alturas.
fotos

José Antonio Pastor González
Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.
Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.
Enhorabuena por esta estupenda travesia.
Gracias Juan Antonio. FUe posible en gran medida por el mapa tan detallado que me enviaste. A ver si en la próxima edición, por habrá una más ¿verdad?, de la travesía nos podemos apuntar 🙂
Que travesía te has sacado para terminar el año. Es tremenda. Y con lo que dices en el último párrafo de esta tercera entrada, qué razón tienes. Por el relato fue dura, exigente, con algún momento de no ver especialmente clara una senda, un trecho, la continuación de la marcha, pero como siempre y desde que leo este blog, encontraste un camino para seguir, resolviendo una situación que se podía antojar complicada. Luego en esta travesía en particular tener un doble reconocimiento, por un lado el llegar arriba y disfrutar de los paisajes y por el otro que alguien que siga este fabuloso lugar del ciberespacio, os reconozca y os salude, aunque el reconocimiento principal fuera para Moss (que dicho sea de paso, tiene algo que a todo el mundo le llama la atención), debió de suponer una motivación extra para terminar, y por otro lado seguir compartiendo lo que haces en esos findes.
Después de este pequeño tocho, me ha sorprendido gratamente ver ese garmin 301 forrunner. Tienes un gran compañero de rutas.
Saludos José Antonio (y familia).
Gracias Francisco 🙂 Sí que fue complicada y bastante ‘tensa’ porque siempre había que ir pendiente del camino y de no embarcarse en lugares poco recomendables. Luego está el tema logístico, dónde dormir, el agua, etc. Es lo difícil — y también lo que más me atrae — de estos pateos de larga duración.
El Garmin es mi viejo compañero desde el año 2005. Es un GPS ligero y versátil aunque claro, no puedes representar mapas… pero para lo que yo lo utilizo está genial. Registro las rutas, me dice la altura y me posiciona en caso de duda… De todos modos, yo suelo trabajar mucho más con mapa en papel que con el GPS. Soy de la vieja escuela 🙂
PD. Enseguida te contesto al mensaje privado de las Cabras.
En primer lugar felicitarte por esa familia que tienes, sin duda son el motor de tu todo terreno, vamos a ver Jose Antonio el relato ha conseguido que casi olvide las fotos que son muy buenas como siempre ¿ un librico para cuando?…hay lo dejo.
Después la travesía dura y con todos los ingredientes para inolvidable, presumo que el reconocimiento de Montañas Personales y de su estrella Moss te llenaría de orgullo, por que es para estarlo, formáis un grupo envidiable.
Haber si este año es posible un encuentro con Sansón de anfitrión.
Gracias por todo.
Kiki.
Muchas gracias a ti Kiki por tus palabras… lo cierto es que estamos viviendo unos años estupendos e irrepetibles y lo importante es saber reconocerlo y disfrutarlo. Ojalá el comandante pueda cuadrar un encuentro gaditano-murciano y nos podamos ver en sus dominios del pozo. Un abrazo y hasta pronto.
¡¡Qué bonito relato!! Conozco bien la zona y nos pasó lo mismo; la cuerda entre La Navachica y El Cielo… parece tan fácil y evidente, y después se enmarrana la cosa.
Mi enhorabuena por esta fantástica aventura.
Muchas gracias Arielle. Tienes toda la razón: la cuerda se ‘enmarrana’ que da gusto y se hace larga, larga, larga…
Por cierto, enhorabuena también a ti por tu blog que me ha encantado. Espero que sigamos en contacto.
aunque soy humana….. me cuadro con «MOSS» , la adoro ….. y m eencantaria compartir con vosotros estos ratos, besos desde lejos, Inés ( Jaén, La Carolina)
Muchas gracias Inés… la verdad es que Moss es una caña. Si quieres verlo relatar a él personalmente una aventura de las nuestras te recomiendo que le eches un vistazo a esto:
http://montanasdelsur.es/?p=1291
Un beso y ya sabes: esta es tu casa.
Lo prometido es deuda, y aquí estoy leyendo vuestra entrada 🙂 Además nos va a venir bien, de aquellas sierras nos queda aún la cabecera del Chíllar y Piedra Sillada, otra vez nos dejaremos guiar por elrastro de Moss…
Muy buenas!!!!!!!!
Le he echado un vistazo a tu blog y está genial… tienes madera de bloguero y la entrada de Castril me ha encantado. Menuda aventura.
Fue un puntazo que nos reconocieras en la bajada. Nos dio un buen subidón y falta que nos hacía por ya íbamos reventados y con el apuro en el cuerpo por llegar a tiempo.
Haced esa cabecera del Chíllar y la Piedra Sillada, aunque con pantalón largo y manga larga, que la senda se las trae. Es una preciosidad.
Encantado de haber coincidido, aunque sea unos minutos, con vosotros.
Sencillamente alucinante sois unos craks ,madre mía que aventura más auténtica esa es de las que no se olvidan nunca hacéis bien en exprimir a tope los días ahora que podéis ,las fotos son preciosas y habéis disfrutado de unas vistas magníficas ,un abrazo para los tres……
‘Ahora que podemos’ exprimimos al máximo los días, claro que sí… por si acaso luego… jejeje… Elena, gracias por tus palabras y por tu entusiasmo, se contagia por estas rendijas cibernéticas. Un abrazo y espero que pronto tengamos ocasión de coincidir.
un final feliz por los pelos,me refiero a la nochevieja que pasariais en compañia de los vuestros despues de ventilaros esta peazo travesia, como se nota lo que tu dices de moss, es un artista mediatico mas famoso quel tato, je je ,me quito el sombrero ole por lourdes y a ti que decirte que lo vives y sientes de una manera que parece que cuando leemos la entrada parece que estamos alli contigo… saludicos
Jejeje… por los pelos Diego, por los pelos que llegamos… y lo de Moss ya es la leche, el muy cabrón lo conocen en todos sitios y nosotros pasamos desapercibidos 😀
Gracias por tus palabras y a ver si coincidimos pronto en alguna movida. Un abrazo!!!
Bueno, .. menuda ruta más bonita…
Ahora que he leído las tres entregas…las dos primeras desconocodas para mi pero esta última, al menos desde Navachica es parte de lo que recorrí el pasado dia 29. precisamente el día que empezabais vosotros. Imagino que os cruzaríais con mi coche que dejé aparcado en la pista infernal a 2,5kms de las cuevas de Nerja, cuando vi que iba a tardar menos en recorrerla andando. Y yo me cruzaría con el vuestro a la vuelta que estaría algo más abajo, imagino que donde había una rampilla y empezaba lo más malo (vi allí varios coches aparcados).
He intentado ubicar lo que habéis hecho en un mapa, y tiene que ser espectacular,, pasar bajo los tajos del Almendrón y luego subir por el cortijo de la Fabrica y el puerto de la Ventosilla, Ya tengo ideas para otra ocasión, aunque de empezar otra vez por allí, aparco en las mismas cuevas de Nerja.
En efecto Luis, nuestro coche estaba justo donde dices, al principio de la rampa donde estaban todas las rocas y tocaban los bajos 🙁
Me alegro de haberte dado ideas… mira que es difícil hacer algo original que tú no te hayas ya pateado 😀
Con respecto a lo de aparcar en las Cuevas, estoy contigo. Mi coche no entra más en esa pista.
Hola Jose Antonio, eres el amo de la sierra, que bien la sientes y la vives y a la vez nos haces participes de tus extraordinarias salidas, me quedo con las ultimas palabras, algunos estamos pasando por esa etapa y vemos como poco a poco tienes que ir reduciendo……. un abrazo a ti y a tu familia
Pepe, sé que lo dices de modo figurado porque bien sabes que la sierra no tiene amos o mejor, somos todos sus dueños cuando la podemos disfrutar, cuando ella nos deja 🙂
Con respecto a la ‘etapa’ que estás pasando, espero que las razones sean buenas y, si no lo son, pues entonces que sea algo transitorio y enseguida puedas regresar a tus queridas Mágina, Cazorla, Segura y sierra Sur de Jaén… entre otras muchas…
… vaya rutón os habéis marcado!!! ahora entiendo mejor que no te vinieras el día 2!!! un placer leer y ver vuestras entradas!!!! un abrazo fuerte pareja!!!
Efectivamente Manolo… cuando te vi por la noche en las uvas ya te puedes imaginar como estábamos de reventados jejeje.. Me ha encantado vuestro ‘asedio’ al Mulhacén… y me alegro un montón de que el Migueli se animara con el corredor de 7 lagunas y ¡con un único piolo!!!!!!!!