datos
Distancia: 22,2 kilómetros
Duración: 7 horas
Desnivel: 920 metros
Tipo de marcha: ida y vuelta por el mismo camino
Dificultad: media
Tipo de camino: pistas, sendas y monte a través
Agua potable: se asciende siguiendo un arroyo con agua
Época recomendada: otoño y primavera
Sugerencias: pantalón largo
Cartografía: 841-III (Riópar) del IGN 1:25.000
Track: descargar aquí de WIKILOC
intro
Las Almenaras son uno de los puntos culminantes en el sur de España de una significada y marcada divisoria de vertientes: la que separa las cuencas mediterráneas de las atlánticas. A nivel local, constituyen la cima de la cuerda de las Almenaras, una cadena montañosa que arranca desde los mismos llanos de Albacete y que continúa hacia el suroeste por las moles de la Sarga—Padrón y la cuenca del Guadalimar, ya dentro del ámbito del Guadalquivir.

La ascensión que proponemos consiste en ascender desde el mismo pueblo de Riópar, un enclave turístico y con todo tipo de servicios y que es además el centro neurálgico de la cuenca alta del río Mundo. La primera parte es una pista de buen firme que nos va aproximando a la base de la sierra. A continuación, se coge una senda bastante perdida que sigue el eje de una marcada vaguada por lo que la orientación no es problemática pues basta seguir por el centro del barranco hasta llegar al cruce con la antigua carretera Riópar-Alcaraz.

Finalmente, y tras cruzar la carretera, el itinerario transcurre por una senda más o menos definida que se adentra en la dehesa de las Almenaras casi siempre en dirección norte y remontando el arroyo de los Endrinales hasta la misma base de la cara sur de las Almenaras, una amplia y destacada pirámide blanquecina. Por este motivo, la orientación sigue siendo sencilla pues es suficiente con ir remontando dicho arroyo.
Se trata de una actividad con varios ambientes, de larga duración y considerable desnivel por lo que es preferible salir con buena predicción y suficiente tiempo. Quienes deseen acortar la ascensión pueden optar por alguna de las alternativas que proponemos al final del artículo.
reseña
Salimos del centro de Riópar buscando el camino del Gollizo. Para ello basta con localizar la entrada principal de las Reales Fábricas de San Juan de Alcaraz. Ahí giramos a la derecha, junto al mesón Los Arcos y nos vamos saliendo del caserío. Al llegar al final de la calle, giramos a la izquierda y ya estamos en la pista del Gollizo.
Ésta asciende hacia el norte buscando introducirse en las laderas umbrosas de la Sierra de Alcaraz. El camino es claro y gira a Poniente para atravesar unas canteras. Superamos un collado que deja a la izquierda la Peña Leal y el Cerrón de San Cristóbal y llegamos a una curva cerrada donde nos encontramos un desvío a la derecha hacia Fuente Grande. Podemos acercarnos (son apenas 150 metros) para recoger agua y refrescarnos.

Volvemos al camino original y seguimos hacia poniente apenas 500 metros más hasta alcanzar el eje de una profunda vaguada o barranco. Este punto es importante pues debemos abandonar la pista y tomar una senda hacia la derecha que asciende trabajosamente entre pinos, retamas y coscojas.
Los límites de la cuenca
España fue un país pionero en la creación de las Confederaciones Hidrográficas como unidades administrativas para gestionar las cuencas. Una cuenca, tal y como sugiere la palabra, es el recipiente que recoge todas las aguas que van a parar al mismo río. Para definirlas de forma precisa en el territorio lo más sencillo es atender a las grandes divisorias que marcan las cordilleras. Así, en este caso, las Almenaras componen todo un cordal que separa de forma nítida la cuenca mediterránea del Segura y las atlánticas del Guadiana y Guadalquivir. Se da entonces la deliciosa paradoja de que dos gotas de agua apenas separadas por centímetros corren destinos tan dispares como acabar en las frías y nerviosas aguas del Atlántico o terminar alimentando al tranquilo y sosegado Mediterráneo.
El barranco se encajona y ganamos metros hacia el norte hasta que alcanzamos un llano en el que podemos ver al fondo la carretera comarcal 415. Salimos a ella justo a la altura del p.k. 191 y empezamos a caminar por ella hacia la derecha. Hacemos una curva cerrada primero a la izquierda y dentro de unos 200 metros tenemos otra a la derecha. En ella veremos un carril que sale a la izquierda en fuerte ascenso. Éste es el nuestro.

El carril sube hacia el norte y se convierte en sendero con bonitas vistas hacia poniente del macizo de la Sarga y el Padrón. Gana bastantes metros, pasa por un abrevadero y alcanza un suave collado en el que podemos divisar, por primera vez, nuestro destino: la cumbre piramidal de las Almenaras.
El sendero sigue hacia el norte, pasa junto a las ruinas del cortijo de Miguel Serrano y desciende hasta emparejarse con un arroyuelo que baja directamente desde la cara norte de las Almenaras. A nuestra derecha nos aparece un cercado que pronto queda atrás cuando nos adentramos en lo más profundo del barranco.

Es ésta la zona más interesante y bonita del recorrido por los helechos, los enormes pinos, la abundante vegetación y el rumor de la corriente que desciende fresca y suelta desde las alturas. Tras un kilómetro aproximadamente en el que el barranco ha ido virando hacia el noroeste nos encontramos con una fuente seca de mampostería. Este es un buen punto de referencia pues tenemos que ir pensando en abandonar el fondo de la vaguada para ganar la pista de las Espineras hacia el Noreste.
Afrontamos pues unas fuertes pendientes por trazas y llegamos a una ancha y pista de tierra blanca. Las Almenaras parecen estar ahí, a tiro de piedra, justo a nuestra izquierda. Avanzamos por la pista hacia el norte hasta que llegamos a una bifurcación.
A la derecha sale un carril que asciende hasta una antena en lo alto de la Cuerda Larga. De frente continúa hacia la Fuente del Pino de los Muchachos mientras que nosotros lo que haremos es coger a la izquierda y encaramos los últimos metros hasta la cumbre.


En la cima podremos disfrutar de unas vistas espléndidas: desde la Sagra en Granada hasta las llanuras de los Campos de Montiel en Ciudad Real. Seremos conscientes también de que, hacia el norte, comienzan las extensas llanuras de la Mancha mientras que, hacia el sur, todo es montaña. Nos encontramos en uno de los rebordes más importantes de la cuenca del Segura. Las gotas que caen hacia el norte viajarán al Atlántico mientras que las que caigan hacia el sur llegarán al Mundo y, de ahí, al Segura.
El regreso se efectúa por el mismo camino.
notas

José Antonio Pastor González
Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.
Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.