sierra de Alcaraz
diciembre de 2014
5 h
16 km
1100 m
frío, viento, nubes
ascenso por una vaguada con senda; luego cresta sencilla con alguna sección entretenida antes de llegar a la cumbre; finalmente descenso cómodo por el GR66;
pincha aquí para ver el croquis
track aquí disponible
Las Almenaras es el punto culminante de un cordal de generosas dimensiones que arranca en el puerto de las Crucetas y que se difumina en la llanura más o menos en las proximidades de San Pedro y sus peñas. Desde el mismo Riópar, a sus pies, la cumbre no se aprecia. Sin embargo, te pones en cualquier vértice de las Béticas y mirando al norte con bastante ojo se adivina el perfil triangular de la cima cual aleta de tiburón destacándose sobre la marejada de calares.
Mención aparte merece la perspectiva cuando uno aprecia la sierra desde los Campos de Montiel o Criptana. Entonces las Almenaras reinan sin lugar a equívocos, sobre todo si sus defensas están adornadas de las frecuentes nieves del largo invierno manchego.
Esta ruta se la debo al amigo Diego del Pilar de la Horadada que me la recomendó. Estos últimos tiempos ando muy justo para preparar y cocinarme las salidas así que echo mano de lo que otros hacen y lo fusilo sin más. No es mi estilo funcionar así porque me gusta aportar mi visión y mis preferencias pero no me queda otra. Muchas gracias Diego pues.
Ir a Riópar desde Murcia es siempre una alegría. El terreno va ganando interés conforme haces kilómetros y cuando pasas el cruce de Yeste notas perfectamente como te sumerges en la Sierra sin más. Pasado el Peralejo ya puedes calibrar cómo va a ir el día. En esta ocasión hay nubes embarrancadas en lo alto del Calar y apenas se aprecian las montañas de la margen izquierda del Mundo.
Cuando atravieso Riópar hoy día de diario el pueblo parece un lugar fantasma. La avenida de los falsos arces está repleta de hojas caídas y por las chimeneas de las casas se adivina la respiración de los hogares que comienzan a despertar. Al salir del coche tengo 2 grados y un viento muy frío de poniente. Vamos a ver cómo se le va poniendo el ojo a la borrica. Por ahora, lo tiene guiñado.
El camino inicial es cómodo, hago unos 200 metros de carretera y me introduzco por un carril que va buscando la base de la Peña del Águila hasta el cortijo del Moro. Una vez junto a la casa remonto por la margen izquierda del valle por una senda muy definida que además es un cordel de ganado. Este valle — que no conocía — me sorprende y me encanta. Hay gran cantidad de helechos secos que sugieren un entorno húmedo y fresco en verano y no ceso de imaginarme por aquí con mi Lola a las costillas para comernos un bocadillo bajo un pino en una mañana de Junio.
Pero hoy es Diciembre y hace un frío del carajo. Las nubes no se desenganchan del Padroncillo y agacho la cabeza para superar las fuertes pendientes que me llevan hasta la divisoria principal de aguas. Ya estoy en la cuerda de las Almenaras. Ahora toca surfear en la cresta de la ola sin resbalar de la tabla.
Al principio es sencillo caminar y además encuentro una senda muy pisada por el ganado. Cuando gano metros en la vertical las nubes me cierran y esto va a ser un problema porque no puedo anticipar las paredes y el mejor lado para perfilarme en caso de no poder superar un muro. Por fortuna apenas encuentro pasos complicados. Si acaso, un poco de roca divertida justo antes de la Almenarilla en un ambiente de robles mortecinos y congelados por la severidad de la estación.
En un momento dado miro a mi izquierda y descubro un precipicio negro con árboles fantasmagóricos. Hay que ver el ambiente irreal que crea la niebla y la nieve. Menos mal que Moss me lleva seguro perfilado unos metros a la derecha para no tentar a la suerte.
Un poco más adelante y tras un claro en el que puedo divisar la presa de Zapateros y algunos cortijos del valle, creo adivinar el remonte final hacia la pirámide cimera de las Almenaras. Me pongo a tope para ir cerrando la subida pero de improviso encuentro una brecha insalvable. Esto me obliga a recular unos metros y descender bastante en la vertical para superar las paredes. Finalmente, una rampa salvaje me deposita en el vértice de las Almenaras donde nos recibe la nieve, la soledad y el viento.
Hablo con Moss, nos hacemos un selfie y buscamos rápidamente el descenso que no recordaba tan cabrón. Con algo de incertidumbre salgo a la pista principal que viene desde la carretera antigua y busco la Fuente del Pino de los Muchachos que está estropeada. Ahora ya voy en terreno muy conocido por el GR66 y desciendo cómodamente entre pinos y las aguas juguetonas que más tarde tendrán hasta nombre y serán el arroyo de las Espineras.
La nieve se convierte en finas gotas de lluvia que apenas me molestan protegido por el bosque. Llego rápido a la carretera antigua, la cruzo y sigo descendiendo a todo pistón hacia la zona de El Villar y la Casa de las Tablas. Finalmente abandono el GR66 para cruzar por Riópar viejo y llegar hasta el coche justo cuando rompe a llover de verdad.
Son las tres de la tarde, llevo bastante hambre y tengo un bocata de pan duro en la mochila. El bueno de Moss me mira desde el maletero con la cara entre los reposa-cabezas. Está claro: voy al hostal los Bronces y me hacen un bocadillo de tortilla de patatas más grande que un piano. Le paso a Moss el bocata B y yo me dedico a disfrutar del manjar mientras escuchamos ambos la lluvia que golpetea en el tejado del coche. El romanticismo nos invade.
Cuando llego a casa al atardecer, hace sol y nada de frío. Los misterios de la montaña: que ella sola guarda para sí casi todas las riquezas, entre ellas, la bendición de la lluvia y las nieves.
fotos
en la sierra de alcaraz

José Antonio Pastor González
Hago montañas desde que tengo uso de razón. Primero al lado de casa en mi Atalaya y en el Almorchón de Cieza. Después por las sierras de Segura y Cazorla que son mi segundo hogar. Finalmente, y por supuesto, también en Sierra Nevada y el resto de las cordilleras Béticas.
Todas ellas son el terreno de juego protagonista de esta web gracias a la cual disfruto por partida doble: primero subiendo las cumbres y luego relatando mi experiencia. Sed bienvenidos y gracias por vuestra visita.
Buenas, me encantan tus rutas, siempre he ido al Almenara desde Paterna de Madera. ¿está es complicada? soy bastante andarín, pero técnicas de escalada nulas. Un saludo.
Hola Kete. Muchas gracias por tu comentario y tus palabras.
Esta ruta no es complicada en absoluto. Tiene un tramo largo de arista que se hace monte a través pero nada serio. En buenas condiciones de tiempo es una gozada. A mí me tocó lidiar con las nubes, la lluvia y la nieve por eso parece que tiene un punto más de compromiso, pero en el fondo es un pateo súper disfrutón.
Ya me contarás cuando la hagas 🙂
soy un poco masoca, y está sierra, me encanta con mal tiempo…le da un aire especial, a los viejos serranos y algún que otro bandolero. jejeje. Muchas gracias por contestar tan pronto.
A mandar Kete. La sierra de Alcaraz es una de mis favoritas… y por suerte todavía me queda mucho por conocer. Un saludo!!!
Tiene buena pinta esta ruta, al menos las fotos prometen mucho. La voy a apuntar para este mayo, que el frio no me acaba de convencer, jeje. Y a Lola no le deis mucho de comer que la mochila se clava que da gusto jeje.
Jejejeje… venga pues la hacemos otra vez en Mayo que yo también quiero disfrutar de las vistas, algo que no tuve ocasión de hacer. En cuanto a la mochila, el próximo día que vaya por casa te busco 🙂
Te estoy viendo es esos fregaos invernales con el calentador cerquita, así se disfruta mas de las maravillosas fotos que haces últimamente y del precioso relato, me recorre un agradable escalofrío imaginándome por esas sendas pero………pero como dicen los pescadores de mi tierra » en Enero y Febrero la caña a su agujero» hasta que el hielo solo de vea en los cubatas no salgo……..cosa de la edad jejeje. Bueno si me doy mis buenos paseos por la playa que ahora esta espectacular para andar y reforzar las rodillas.
Un abrazo.
Kiki.
Jejejej… te entiendo perfectamente. A mí tampoco me gusta pasar frío y mojarme, pero a veces el único hueco que tengo implica apechugar con ello y como la cabra siempre tira al monte. Por tu tierra tienes montaña para aburrirte y además en cualquier época del año 😉
Muy interesante esa ruta, y preciosas fotos, más con ese tiempo que le dan un aspecto más montañero y de crudo invierno serrano. Me la apunto, pues esa zona de la sierra la tengo poco recorrida.
Muchas gracias Luis. Ya sabes que la meteorología extrema siempre es un aliciente para salir a la montaña 😉 Enseguida te envío un correo con lo último que estuvimos hablando.
Vaya preciosidad de fotos… Y cualquier ruta por esa zona es la leche.
Muchas gracias Francisco. Esta la tienes que hacer con buen tiempo que te va a gustar mucho. Es una preciosidad 🙂